Podéis incinerarme como bruja en la hoguera
o hacerme cosquillas en la planta del pie,
tirarme desde lo alto de la escalera
u obligarme a ver los anuncios de Ferrero Rocher.
Podéis agujerearme con un berbiquí,
pero no me hagáis oir a Kenny G.
Podéis castigarme un mes sin tomar desayuno
o arrancarme todos los pelos de la nariz,
soltarme en un concierto heavy vestido de tuno
o hacerme ver el programa de Pedro Ruiz.
Podéis hacer que lea las memorias de Lady Di,
pero no me hagáis oir a Kenny G.
Podríais entregarme a una banda de mimos
o requisar todos mis libros de Herge,
hacerme recordar el nombre de todos mis primos
o ver el contenido extra de un DVD.
Podéis hacer que me sodomice un jabalí,
pero no me hagáis oir a Kenny G.
No me hagáis oir... oir a Kenny G
No me hagáis oir... oir a Kenny G
No me hagáis oir... oir a Kenny G...
o hacerme cosquillas en la planta del pie,
tirarme desde lo alto de la escalera
u obligarme a ver los anuncios de Ferrero Rocher.
Podéis agujerearme con un berbiquí,
pero no me hagáis oir a Kenny G.
Podéis castigarme un mes sin tomar desayuno
o arrancarme todos los pelos de la nariz,
soltarme en un concierto heavy vestido de tuno
o hacerme ver el programa de Pedro Ruiz.
Podéis hacer que lea las memorias de Lady Di,
pero no me hagáis oir a Kenny G.
Podríais entregarme a una banda de mimos
o requisar todos mis libros de Herge,
hacerme recordar el nombre de todos mis primos
o ver el contenido extra de un DVD.
Podéis hacer que me sodomice un jabalí,
pero no me hagáis oir a Kenny G.
No me hagáis oir... oir a Kenny G
No me hagáis oir... oir a Kenny G
No me hagáis oir... oir a Kenny G...