Qué linda luce Doña Cristina
bañándose desnuda en la piscina,
qué pena que la chacha filipina
confundiera el cloro con la gasolina.
Pero Cristina no debiera
sacar un cigarro de la pitillera,
que se siente en medio de una hoguera
siendo falla en lugar de la fallera.
No me vayas a decir
que esto no te hace feliz,
por primera vez en tu vida
te vas a divertir.
Antonio con los cascos en los oídos
no puede escuchar tus alaridos,
no sabe que el fuego ha desatado
tus instintos agresivos.
Cristina, ¿qué haces con la motosierra?
No la pongas en su cuello, tu mirada aterra.
La cabeza de Antonio rueda por la tierra,
ve su cuerpo aún sentado y piensa:
Qué gordo estoy, joder,
qué gordo estoy, joder,
ya me hubiera suicidado
si lo llego a saber.
Deja que el fuego acaricie tu piel,
es una sensación dulce como la miel,
saca las cerillas, el papel te espera
en el surtidor de la gasolinera.
El petróleo es caro (cada vez más caro),
puede que acabemos todos en el paro.
Si quieres el remedio contra la rutina,
dale oportunidad a la gasolina.
Si tu cuerpo no es precisamente serrano,
lo mejor es que cortes por lo sano.
Debes mantener la cabeza fría
si no estás a gusto con tu fisonomía.
Pierde el respeto a la yugular,
el cuello no sirve más que para sujetar,
si buscas el antídoto de la rutina
dale oportunidad a la guillotina.
Qué gordo estoy, joder,
qué gordo estoy, joder,
ya me hubiera suicidado
si lo llego a saber.
La pobre chica de servicio
se cree c**pable del estropicio,
ha intentado ahogarse en la pila
como le enseñaron en Manila.
Como esto no dio resultado
intenta un plan desesperado
para c**plir su código de honor,
colgarse de la araña del comedor.
Y mueve los pies,
patalea en el vacío,
y piensa "¡ser bailarina,
siempre ha sido lo mío!".
bañándose desnuda en la piscina,
qué pena que la chacha filipina
confundiera el cloro con la gasolina.
Pero Cristina no debiera
sacar un cigarro de la pitillera,
que se siente en medio de una hoguera
siendo falla en lugar de la fallera.
No me vayas a decir
que esto no te hace feliz,
por primera vez en tu vida
te vas a divertir.
Antonio con los cascos en los oídos
no puede escuchar tus alaridos,
no sabe que el fuego ha desatado
tus instintos agresivos.
Cristina, ¿qué haces con la motosierra?
No la pongas en su cuello, tu mirada aterra.
La cabeza de Antonio rueda por la tierra,
ve su cuerpo aún sentado y piensa:
Qué gordo estoy, joder,
qué gordo estoy, joder,
ya me hubiera suicidado
si lo llego a saber.
Deja que el fuego acaricie tu piel,
es una sensación dulce como la miel,
saca las cerillas, el papel te espera
en el surtidor de la gasolinera.
El petróleo es caro (cada vez más caro),
puede que acabemos todos en el paro.
Si quieres el remedio contra la rutina,
dale oportunidad a la gasolina.
Si tu cuerpo no es precisamente serrano,
lo mejor es que cortes por lo sano.
Debes mantener la cabeza fría
si no estás a gusto con tu fisonomía.
Pierde el respeto a la yugular,
el cuello no sirve más que para sujetar,
si buscas el antídoto de la rutina
dale oportunidad a la guillotina.
Qué gordo estoy, joder,
qué gordo estoy, joder,
ya me hubiera suicidado
si lo llego a saber.
La pobre chica de servicio
se cree c**pable del estropicio,
ha intentado ahogarse en la pila
como le enseñaron en Manila.
Como esto no dio resultado
intenta un plan desesperado
para c**plir su código de honor,
colgarse de la araña del comedor.
Y mueve los pies,
patalea en el vacío,
y piensa "¡ser bailarina,
siempre ha sido lo mío!".