Tengo un vale de fin de semana,
para irnos de escapada en plan pareja descarada.
Fue un regalo de mi treinta c**pleaños,
poco antes de hacernos tantísimo daño.
De momento nos lo guardaremos,
no vaya a ser que nos lastimemos.
Nunca dispondremos de unidad existencial,
hace algunos días decidimos renunciar.
Me he visto forzado a retirarme
de la escena tétrica de los amantes.
Y si hoy cruzo la Plaza de la Virreina,
intentaré encontrarme la mirada rara
de aquella bailarina tan menuda y blanca
como si jamás la hubiese visto antes.
Este vale de fin de semana,
podríamos utilizarlo como despedida.
Un reencuentro amistoso, una redención,
aunque estaría más buena una rendición.
Y si hoy cruzo la Plaza de la Virreina,
intentaré encontrarme la mirada rara
de aquella bailarina tan menuda y blanca
como si jamás la hubiese visto antes.
para irnos de escapada en plan pareja descarada.
Fue un regalo de mi treinta c**pleaños,
poco antes de hacernos tantísimo daño.
De momento nos lo guardaremos,
no vaya a ser que nos lastimemos.
Nunca dispondremos de unidad existencial,
hace algunos días decidimos renunciar.
Me he visto forzado a retirarme
de la escena tétrica de los amantes.
Y si hoy cruzo la Plaza de la Virreina,
intentaré encontrarme la mirada rara
de aquella bailarina tan menuda y blanca
como si jamás la hubiese visto antes.
Este vale de fin de semana,
podríamos utilizarlo como despedida.
Un reencuentro amistoso, una redención,
aunque estaría más buena una rendición.
Y si hoy cruzo la Plaza de la Virreina,
intentaré encontrarme la mirada rara
de aquella bailarina tan menuda y blanca
como si jamás la hubiese visto antes.