Callamos en el sopor blanco, fabricando la estrategia, sumidos en los preparativos, mientras seguimos despertando de espaldas de frente a la vez.
Buscamos sin encontrar, recopilando datos suficientes.
Alzados en el pódium del miedo, pensando, mientras hacen nuestra la medalla de la confusión.
Y una vez más torceremos el gesto, marginaremos el entorno, y así aligeraremos peso.
Rápido, salta el fuego, cómo un andarín de acero, de espaldas y de frente.
Arriesgamos la piel sin reparar, obligando a la suerte a actuar.
Levantamos los puños a la señal, y gritamos para comunicar que aún hay tiempo y fuerza para más.
Nadie ha dicho que esto vaya a terminar.
Callamos en el sopor blanco, fabricando la estrategia, sumidos en los preparativos, mientras seguimos despertando de espaldas y de frente a la vez.
Y una vez más torceremos el gesto, marginaremos el entorno, y así aligeraremos peso.
Rápido, salta el fuego, cómo un andarín de acero, de espaldas y de frente.
Arriesgamos la piel sin reparar, obligando a la suerte a actuar.
Levantamos los puños a la señal, y gritamos para comunicar que aún hay tiempo y fuerza para más.
Nadie ha dicho que ésto vaya a terminar.
Buscamos sin encontrar, recopilando datos suficientes.
Alzados en el pódium del miedo, pensando, mientras hacen nuestra la medalla de la confusión.
Y una vez más torceremos el gesto, marginaremos el entorno, y así aligeraremos peso.
Rápido, salta el fuego, cómo un andarín de acero, de espaldas y de frente.
Arriesgamos la piel sin reparar, obligando a la suerte a actuar.
Levantamos los puños a la señal, y gritamos para comunicar que aún hay tiempo y fuerza para más.
Nadie ha dicho que esto vaya a terminar.
Callamos en el sopor blanco, fabricando la estrategia, sumidos en los preparativos, mientras seguimos despertando de espaldas y de frente a la vez.
Y una vez más torceremos el gesto, marginaremos el entorno, y así aligeraremos peso.
Rápido, salta el fuego, cómo un andarín de acero, de espaldas y de frente.
Arriesgamos la piel sin reparar, obligando a la suerte a actuar.
Levantamos los puños a la señal, y gritamos para comunicar que aún hay tiempo y fuerza para más.
Nadie ha dicho que ésto vaya a terminar.