Solía ser la chica caliente
que tostaba corazones con mirarte,
el viaje más emocionante
de la agencia de cruceros por la carne.
Como el tacto de un gatillo,
fino y fácil pero siempre peligroso.
Lo que siempre has deseado,
el premio gordo que te oculta
esa trampa mortal.
Es el espíritu rebelde que contesta
y que devuelve cada golpe,
el cable que no hay que cortar,
el hielo que no hay que pisar,
tan sólo dientes.
Es el martillo que rebota,
lo contrario a la derrota,
no la tientes.
Es como el hierro más caliente,
la querrá siempre la gente,
no lo intentes.
tenia fuego en la mirada
y el azucar en la punta de la lengua
la sonrisa que te invita a copas gratis,
el reclamo de la tienda,
el espejo de tu envidia,
un polvo corto como un duelo de mañana,
el engaño que te engaña,
y se convierte en un chantaje caro y emocional
Es el espíritu rebelde que contesta
y que devuelve cada golpe,
el cable que no hay que cortar,
el hielo que no hay que pisar,
tan sólo dientes.
Es el martillo que rebota,
lo contrario a la derrota,
no la tientes.
Es como el hierro más caliente,
la querrá siempre la gente,
no lo intentes.
que tostaba corazones con mirarte,
el viaje más emocionante
de la agencia de cruceros por la carne.
Como el tacto de un gatillo,
fino y fácil pero siempre peligroso.
Lo que siempre has deseado,
el premio gordo que te oculta
esa trampa mortal.
Es el espíritu rebelde que contesta
y que devuelve cada golpe,
el cable que no hay que cortar,
el hielo que no hay que pisar,
tan sólo dientes.
Es el martillo que rebota,
lo contrario a la derrota,
no la tientes.
Es como el hierro más caliente,
la querrá siempre la gente,
no lo intentes.
tenia fuego en la mirada
y el azucar en la punta de la lengua
la sonrisa que te invita a copas gratis,
el reclamo de la tienda,
el espejo de tu envidia,
un polvo corto como un duelo de mañana,
el engaño que te engaña,
y se convierte en un chantaje caro y emocional
Es el espíritu rebelde que contesta
y que devuelve cada golpe,
el cable que no hay que cortar,
el hielo que no hay que pisar,
tan sólo dientes.
Es el martillo que rebota,
lo contrario a la derrota,
no la tientes.
Es como el hierro más caliente,
la querrá siempre la gente,
no lo intentes.