Salí feliz de la juguetería con mi nueva casita en las manos,
el catálogo prometía glamour, enredos de nobleza, altercados.
La coloqué en mi cuarto, los juguetes rápidamente mostraron pleitesía,
la alegría entre soldados y playmobils era tan clara como la luz del día.
Mr. Potato se alegra, monta una cena, habla de escenas, Gi-Joes y soldaos.
Los de la casa ríen sus gracias mientras hablan mal de la habitación de al lao
comiendo como hijoputas, tirando las sobras a los juguetes del descampao,
conspiran y guiñan, se ensucian de tinta y nombran diputaos
pa mi maqueta del congreso con dinosaurios de plástico dentro
que ponen leyes, que hablan mal de los reyes de la casita que me he comprao.
Me dejan descolocao, juegan solos, yo no pinto nada
sólo tuve que elegirlos en la tienda, mis opiniones no valen nada.
En la casita algo se trama, todos están pendientes de ella en mi casa,
nadie se pasa y todos bailan al son que sale de su ventana
Mira que trazas, esclavas las masas de jugueterías que son unas farsa,
tengo 50 millones de muñecos y mi cuarto se llama España.
Tengo una casita de muñecas
con rey, reina, principito y princesa
infantas mongólicas, deportistas, dueños de empresas
y hasta abuelita encerrada con su silla de ruedas.
No se habla de otra cosa en la escuela
el periódico del cole hizo fotos a mi casa de muñecas,
la familia más famosa, la familia más coqueta,
ya nadie estudia por jugar con mi casa de muñecas.
Ya nadie quiere saber nada más, mi casa de muñecas está de moda,
las maestras hacen apuestas sobre cuándo caerá una boda,
tendrías que verlas, incluso en el próximo exámen caerá como tema.
Expertos en la materia dicen conocer el linaje y la clase de plástico con que está hecha.
Menuda pasada, los niños de párbulos mandan cartas a mis muñecos
en cambio los que fuman en el recreo quieren romperlos.
Yo no quiero nada más, tengo suficiente con esto,
el resto de muñecos de la tienda eran soldados y obreros,
"muñecos de segunda", afirmaba el dependiente todo serio.
En mi cuarto los Gi-Joes y los He-Man vigilan la casita,
tengo a los playmobils currando, construyéndoles un chalet pa las visitas.
Mr. Potato el fascista con bigote ya no vive en el castillo de Grayskull,
está en el rancho de Skeletor con Hordak planeando su reconquista,
pero algo acecha a la sombra y mira a la alfombra
donde el resto de juguetes se asombra
devolviendo miradas de orgullo a la casita que incita a sus habitantes
a seguir siendo zorras que roban y chupan del bote,
está claro, manejan, reflejan lo que no salía en el catálogo.
Tengo una casita de muñecas
con rey, reina, principito y princesa
infantas mongólicas, deportistas, dueños de empresas
y hasta abuelita encerrada con su silla de ruedas.
No se habla de otra cosa en la escuela
el periódico del cole hizo fotos a mi casa de muñecas,
la familia más famosa, la familia más coqueta,
ya nadie estudia por jugar con mi casa de muñecas.
En la casita están enfadaos, alguien puso una bomba en mi trenecito
y me quemó los leotardos, mi cerdito de peluche dice haber investigado,
al parecer fueron unos soldados que reclaman suyo e independiente el desván,
que por cierto, con Mr. Potato siempre se llevaron mal.
Los playmobils protestan, saltan a la alfombra y gritan a los cerdos demagogia!
lo siento Mr. Potato, volver a Grayskull tal vez en otra ocasión.
Atención, que Skeletor dice que fueron mis figuras de las mil y una noches,
que buscan roce y que fueron los que rompieron sus dos torres.
Hordak le apoya y así sigue su guerra contra el reino de plastilina,
ataca con tanques de infantería a pequeños PinyPon con tirachinas.
Mientras tanto en mi cuarto los trolls del tesoro embaucan a mis juguetes,
les prometen el oro y el moro, ser famosos, vivir como reyes.
Krusty el payaso entretiene y aboba,
un dinosaurio aconseja a Potato que engorda, que sube a las nubes
No existe el lunes, juega a la Biblia, confunde y espera,
mis juguetes importaos desplazaos por Potato a estanterías más bajas
alegando que en la zona más alta sólo caben los fabricaos en España.
Tengo una casita de muñecas
con rey, reina, principito y princesa
infantas mongólicas, deportistas, dueños de empresas
y hasta abuelita encerrada con su silla de ruedas.
No se habla de otra cosa en la escuela
el periódico del cole hizo fotos a mi casa de muñecas,
la familia más famosa, la familia más coqueta,
ya nadie estudia por jugar con mi casa de muñecas (x2)
el catálogo prometía glamour, enredos de nobleza, altercados.
La coloqué en mi cuarto, los juguetes rápidamente mostraron pleitesía,
la alegría entre soldados y playmobils era tan clara como la luz del día.
Mr. Potato se alegra, monta una cena, habla de escenas, Gi-Joes y soldaos.
Los de la casa ríen sus gracias mientras hablan mal de la habitación de al lao
comiendo como hijoputas, tirando las sobras a los juguetes del descampao,
conspiran y guiñan, se ensucian de tinta y nombran diputaos
pa mi maqueta del congreso con dinosaurios de plástico dentro
que ponen leyes, que hablan mal de los reyes de la casita que me he comprao.
Me dejan descolocao, juegan solos, yo no pinto nada
sólo tuve que elegirlos en la tienda, mis opiniones no valen nada.
En la casita algo se trama, todos están pendientes de ella en mi casa,
nadie se pasa y todos bailan al son que sale de su ventana
Mira que trazas, esclavas las masas de jugueterías que son unas farsa,
tengo 50 millones de muñecos y mi cuarto se llama España.
Tengo una casita de muñecas
con rey, reina, principito y princesa
infantas mongólicas, deportistas, dueños de empresas
y hasta abuelita encerrada con su silla de ruedas.
No se habla de otra cosa en la escuela
el periódico del cole hizo fotos a mi casa de muñecas,
la familia más famosa, la familia más coqueta,
ya nadie estudia por jugar con mi casa de muñecas.
Ya nadie quiere saber nada más, mi casa de muñecas está de moda,
las maestras hacen apuestas sobre cuándo caerá una boda,
tendrías que verlas, incluso en el próximo exámen caerá como tema.
Expertos en la materia dicen conocer el linaje y la clase de plástico con que está hecha.
Menuda pasada, los niños de párbulos mandan cartas a mis muñecos
en cambio los que fuman en el recreo quieren romperlos.
Yo no quiero nada más, tengo suficiente con esto,
el resto de muñecos de la tienda eran soldados y obreros,
"muñecos de segunda", afirmaba el dependiente todo serio.
En mi cuarto los Gi-Joes y los He-Man vigilan la casita,
tengo a los playmobils currando, construyéndoles un chalet pa las visitas.
Mr. Potato el fascista con bigote ya no vive en el castillo de Grayskull,
está en el rancho de Skeletor con Hordak planeando su reconquista,
pero algo acecha a la sombra y mira a la alfombra
donde el resto de juguetes se asombra
devolviendo miradas de orgullo a la casita que incita a sus habitantes
a seguir siendo zorras que roban y chupan del bote,
está claro, manejan, reflejan lo que no salía en el catálogo.
Tengo una casita de muñecas
con rey, reina, principito y princesa
infantas mongólicas, deportistas, dueños de empresas
y hasta abuelita encerrada con su silla de ruedas.
No se habla de otra cosa en la escuela
el periódico del cole hizo fotos a mi casa de muñecas,
la familia más famosa, la familia más coqueta,
ya nadie estudia por jugar con mi casa de muñecas.
En la casita están enfadaos, alguien puso una bomba en mi trenecito
y me quemó los leotardos, mi cerdito de peluche dice haber investigado,
al parecer fueron unos soldados que reclaman suyo e independiente el desván,
que por cierto, con Mr. Potato siempre se llevaron mal.
Los playmobils protestan, saltan a la alfombra y gritan a los cerdos demagogia!
lo siento Mr. Potato, volver a Grayskull tal vez en otra ocasión.
Atención, que Skeletor dice que fueron mis figuras de las mil y una noches,
que buscan roce y que fueron los que rompieron sus dos torres.
Hordak le apoya y así sigue su guerra contra el reino de plastilina,
ataca con tanques de infantería a pequeños PinyPon con tirachinas.
Mientras tanto en mi cuarto los trolls del tesoro embaucan a mis juguetes,
les prometen el oro y el moro, ser famosos, vivir como reyes.
Krusty el payaso entretiene y aboba,
un dinosaurio aconseja a Potato que engorda, que sube a las nubes
No existe el lunes, juega a la Biblia, confunde y espera,
mis juguetes importaos desplazaos por Potato a estanterías más bajas
alegando que en la zona más alta sólo caben los fabricaos en España.
Tengo una casita de muñecas
con rey, reina, principito y princesa
infantas mongólicas, deportistas, dueños de empresas
y hasta abuelita encerrada con su silla de ruedas.
No se habla de otra cosa en la escuela
el periódico del cole hizo fotos a mi casa de muñecas,
la familia más famosa, la familia más coqueta,
ya nadie estudia por jugar con mi casa de muñecas (x2)