Mano a mano
Cuando siento que el canto anida
en cada esquina de tu pañuelo,
soy pájaro en pleno vuelo
y me voy con el brillo que llega al alma.
Cuando siento que mi canto anida
en cada esquina del corazón.
Es el potro que se me retoba
me trae ahora la rebeldía,
la noche se vuelve día
y por vos, otra vez quiero estar cantando.
Con el potro que se me retoba
descubro ahora mi rebelión.
En mi poncho se vuelve luna
una por tus fantasías,
el diablo anda a la deriva y después,
es un ángel que canta zambas.
En mi poncho guardo la locura
y la aventura de tu querer.
Mano a mano me juego al tiempo
al desaliento y a la nostalgia,
mi canto se hace esperanza en tu voz
y en presente conjugo el sueño.
Mano a mano juega con el tiempo
mi gran momento de estar con vos.
Si parece que por las noches
algún fantoche me llena el alma,
no quiero domar la calma y así
me convierto en una madera.
Si parece que en algunas noches
algún fantoche naciera en mí.
En mi poncho se vuelven lunas
una por una tus fantasías,
el diablo anda a la deriva y después
es un ángel que canta zambas.
En mi poncho guardo la locuara
y la aventura de tu querer.
Cuando siento que el canto anida
en cada esquina de tu pañuelo,
soy pájaro en pleno vuelo
y me voy con el brillo que llega al alma.
Cuando siento que mi canto anida
en cada esquina del corazón.
Es el potro que se me retoba
me trae ahora la rebeldía,
la noche se vuelve día
y por vos, otra vez quiero estar cantando.
Con el potro que se me retoba
descubro ahora mi rebelión.
En mi poncho se vuelve luna
una por tus fantasías,
el diablo anda a la deriva y después,
es un ángel que canta zambas.
En mi poncho guardo la locura
y la aventura de tu querer.
Mano a mano me juego al tiempo
al desaliento y a la nostalgia,
mi canto se hace esperanza en tu voz
y en presente conjugo el sueño.
Mano a mano juega con el tiempo
mi gran momento de estar con vos.
Si parece que por las noches
algún fantoche me llena el alma,
no quiero domar la calma y así
me convierto en una madera.
Si parece que en algunas noches
algún fantoche naciera en mí.
En mi poncho se vuelven lunas
una por una tus fantasías,
el diablo anda a la deriva y después
es un ángel que canta zambas.
En mi poncho guardo la locuara
y la aventura de tu querer.