Max Luxvan le dijo a Gardel:
Querido Carlos, el 90% de la gente es sorda.
¡Cuidado!´
Es lo mismo que me sienta perdido,
Y el ambiente está de testigo
Un momento más, que sienta ilusión de volar.
Es que todo parece inhibido
El lobo necesita un soplido
Para derrumbar tus sueños,
De paja y madera
Y mover la incomprensión,
Que crea tanta inmoralidad.
Y la llama ya se apagó
En este fuego que no quema más.
La lluvia es fría y cruel, no te intimida.
Esto se merece una atención,
Vale un negro brindis.
Solitario el cohete explotaba,
solo dentro de tu cabeza,
y te desastreo, no hubo orden,ni control.
Y la musa bien te negaba,
Como buena diosa pagana
Sin explicación, sólo juega a los bordes del cuero.
Y tus ojos no me dan,
El dulce de tu mirar.
El árbol no crecerá bien, porque el cemento lo comerá.
Así siente mi corazón
Que no late tuerto, hoy.
Esto te merece una atención
Vale un negro brindis.
En el cálido aparejo,
se esconde en el entrecejo,
y está mirándote decidida,
No le queda otra salida.
Esta cita muy burlada,
me parece una escalada,
Y no siento tensión,
Del aire que está muy alto.
Rechiflado en mi tristeza
Hoy te veo, y veo que has sido
En mi pobre vida parea, sólo una buena
¡Gourmet!
Querido Carlos, el 90% de la gente es sorda.
¡Cuidado!´
Es lo mismo que me sienta perdido,
Y el ambiente está de testigo
Un momento más, que sienta ilusión de volar.
Es que todo parece inhibido
El lobo necesita un soplido
Para derrumbar tus sueños,
De paja y madera
Y mover la incomprensión,
Que crea tanta inmoralidad.
Y la llama ya se apagó
En este fuego que no quema más.
La lluvia es fría y cruel, no te intimida.
Esto se merece una atención,
Vale un negro brindis.
Solitario el cohete explotaba,
solo dentro de tu cabeza,
y te desastreo, no hubo orden,ni control.
Y la musa bien te negaba,
Como buena diosa pagana
Sin explicación, sólo juega a los bordes del cuero.
Y tus ojos no me dan,
El dulce de tu mirar.
El árbol no crecerá bien, porque el cemento lo comerá.
Así siente mi corazón
Que no late tuerto, hoy.
Esto te merece una atención
Vale un negro brindis.
En el cálido aparejo,
se esconde en el entrecejo,
y está mirándote decidida,
No le queda otra salida.
Esta cita muy burlada,
me parece una escalada,
Y no siento tensión,
Del aire que está muy alto.
Rechiflado en mi tristeza
Hoy te veo, y veo que has sido
En mi pobre vida parea, sólo una buena
¡Gourmet!