En la presente locación percibo
solo al caminante amenizando en la intuición
instintos bélicos y errantes.
Nunca fui preso de omisión.
siempre un intrínseco incesante
que en los albores de este adiós
busca un refugio en entidades,
en las sombras de este fuego.
La peor dicha es la de dios
que en sus adeptos lleva y trae
tenues misiles de oración que apestan,
brillo y vanidades
en la alfombra de este juego.
Severos iconos los sueños errados
atentan con volver entre los cínicos
despechos, relameos
que abrazan la pared.
La peor dicha es la de dios
que en sus adeptos lleva y trae
tenues misiles de oración que apestan,
brillo y vanidades
en la alfombra de este fuego.
Severos iconos los sueños errados
atentan con volver entre los cínicos
despechos, relameos
que abrazan la pared.
solo al caminante amenizando en la intuición
instintos bélicos y errantes.
Nunca fui preso de omisión.
siempre un intrínseco incesante
que en los albores de este adiós
busca un refugio en entidades,
en las sombras de este fuego.
La peor dicha es la de dios
que en sus adeptos lleva y trae
tenues misiles de oración que apestan,
brillo y vanidades
en la alfombra de este juego.
Severos iconos los sueños errados
atentan con volver entre los cínicos
despechos, relameos
que abrazan la pared.
La peor dicha es la de dios
que en sus adeptos lleva y trae
tenues misiles de oración que apestan,
brillo y vanidades
en la alfombra de este fuego.
Severos iconos los sueños errados
atentan con volver entre los cínicos
despechos, relameos
que abrazan la pared.