A veces me pregunto yo
si en vez de odio o rencor
no puede hallarse más amor.
A veces me pregunto yo
por qué un negro habrá de ser
sólo inferior por su color.
Y a veces me he de preguntar
por qué a patadas tratarán
a los perritos callejeros sin hogar.
A veces me pregunto yo
por qué la gente abandonó
al inocente ser que sin querer nació.
¡Como yo hubo quien lo pensó!
A veces me pregunto yo
por qué será que se arrancó
para venderla tanta flor.
Por qué los hombres con afán,
aquellos árboles que buena sombra dan,
los cortarán?
Y a veces me he de preguntar
por qué hay tan poca caridad
por qué es la fuerza la que impone la verdad
por qué faltando la moral ha de triunfar lo material,
y al que persigue un ideal acaba mal.
¡Pobre de este mundo actual!
A veces me pregunto yo
por qué la prisa se inventó
y tanta gente se mató.
A veces me pregunto yo
si un muro debe separar
los que se quieren abrazar.
Y yo me vuelvo a preguntar por qué millones gastarán
en cosas que de angustia nos harán temblar,
que los podrían repartir para aliviar tanto sufrir
y así al mundo del pecado redimir.
Tú también lo debes pensar,
y tal vez podrás ayudar.
si en vez de odio o rencor
no puede hallarse más amor.
A veces me pregunto yo
por qué un negro habrá de ser
sólo inferior por su color.
Y a veces me he de preguntar
por qué a patadas tratarán
a los perritos callejeros sin hogar.
A veces me pregunto yo
por qué la gente abandonó
al inocente ser que sin querer nació.
¡Como yo hubo quien lo pensó!
A veces me pregunto yo
por qué será que se arrancó
para venderla tanta flor.
Por qué los hombres con afán,
aquellos árboles que buena sombra dan,
los cortarán?
Y a veces me he de preguntar
por qué hay tan poca caridad
por qué es la fuerza la que impone la verdad
por qué faltando la moral ha de triunfar lo material,
y al que persigue un ideal acaba mal.
¡Pobre de este mundo actual!
A veces me pregunto yo
por qué la prisa se inventó
y tanta gente se mató.
A veces me pregunto yo
si un muro debe separar
los que se quieren abrazar.
Y yo me vuelvo a preguntar por qué millones gastarán
en cosas que de angustia nos harán temblar,
que los podrían repartir para aliviar tanto sufrir
y así al mundo del pecado redimir.
Tú también lo debes pensar,
y tal vez podrás ayudar.