Recuero ir de tu mano,
con un alba condescendiente.
El sol, dadivoso,
me entregaba tu mejor perfil.
Fueron horas descubriendo tras tu corazón de marfil,
los destellos de grandeza
de un aura diferente.
Lo que daria por sentir nuevamente ese alborozo.
Dar luz al sortilegio que perpetra tu sonrisa colosal.
Sonriza que alcanzaba su apogeo en aquel baile demencial
Robusteciendo mi entusiasmo, segundear a un beso hermoso
Hoy lamento no confiar en un presagio sideral,
que gritaba con empeño que elimine aquel mal.
Los cobardes pagan cara la desgracia
de desearse idealizados, aún cuando se acaba la magia.
Flores sugiere ser temible
por las madrugadas.
Pero vaya si no es
ésta paradoja singular:
fue el quinto piso paraíso
al 2100 de la calle Yerbal.
El lugar donde la paz
dio con mi suerte obnubilada.
Me figuro en tu cuarto
con los ojos apagados.
Tu aroma secuestrando mi interior,
doblegando mi piel.
El ángel gris, tras la ventana,
no entiendo, colmado de hiel.
Retorciéndose de envidia,
de nuestro sueño agraciado.
Hoy lamento no confiar en un presagio sideral,
que gritaba con empeño que elimine aquel mal.
Los cobardes pagan cara la desgracia,
de desearse idealizados, aún cuando se acaba la magia.
Creo superfluo pero menestes, esta copla a tu saber.
Y estampada en tu memoria mi revelacion:
reverencio tu silueta, porque es mi mejor canción.
...sos mi mejor rock ´n roll!
con un alba condescendiente.
El sol, dadivoso,
me entregaba tu mejor perfil.
Fueron horas descubriendo tras tu corazón de marfil,
los destellos de grandeza
de un aura diferente.
Lo que daria por sentir nuevamente ese alborozo.
Dar luz al sortilegio que perpetra tu sonrisa colosal.
Sonriza que alcanzaba su apogeo en aquel baile demencial
Robusteciendo mi entusiasmo, segundear a un beso hermoso
Hoy lamento no confiar en un presagio sideral,
que gritaba con empeño que elimine aquel mal.
Los cobardes pagan cara la desgracia
de desearse idealizados, aún cuando se acaba la magia.
Flores sugiere ser temible
por las madrugadas.
Pero vaya si no es
ésta paradoja singular:
fue el quinto piso paraíso
al 2100 de la calle Yerbal.
El lugar donde la paz
dio con mi suerte obnubilada.
Me figuro en tu cuarto
con los ojos apagados.
Tu aroma secuestrando mi interior,
doblegando mi piel.
El ángel gris, tras la ventana,
no entiendo, colmado de hiel.
Retorciéndose de envidia,
de nuestro sueño agraciado.
Hoy lamento no confiar en un presagio sideral,
que gritaba con empeño que elimine aquel mal.
Los cobardes pagan cara la desgracia,
de desearse idealizados, aún cuando se acaba la magia.
Creo superfluo pero menestes, esta copla a tu saber.
Y estampada en tu memoria mi revelacion:
reverencio tu silueta, porque es mi mejor canción.
...sos mi mejor rock ´n roll!