Ya pasada de setenta
y encorvada por los años,
camina, la doña.
Lleva rumbo de la iglesia,
cuelga en su mano el rosario
y en los labios, la plegaria
que repite día a día:
"Ayúdame Ña María en estos últimos años!"
El ayer, atrás quedó
y el sueño aquél en la piel se le arrugó,
y va pasando Manuela,
y hoy, cuán doloroso es su andar|
su amiga la madrugada
la acompana en su penar.
Pasa, vestida de negro.
Yo la contemlo en silencio
y pienso en las cosas que aún espero.
Y al escuchar su plegiaria,
por dentro sentí algo extraño.
"Ayúdame Ña María en estos últimos años!"
y encorvada por los años,
camina, la doña.
Lleva rumbo de la iglesia,
cuelga en su mano el rosario
y en los labios, la plegaria
que repite día a día:
"Ayúdame Ña María en estos últimos años!"
El ayer, atrás quedó
y el sueño aquél en la piel se le arrugó,
y va pasando Manuela,
y hoy, cuán doloroso es su andar|
su amiga la madrugada
la acompana en su penar.
Pasa, vestida de negro.
Yo la contemlo en silencio
y pienso en las cosas que aún espero.
Y al escuchar su plegiaria,
por dentro sentí algo extraño.
"Ayúdame Ña María en estos últimos años!"