Te arrimaste a mi lado
susurrando algo de vos.
De inmediato sugeriste
que bailáramos y fuiste
apartándote, nomás.
Puse todo en el freezer,
porque salgo a navegar,
esta noche serviremos
el cuerpo de tu amante
en bandeja de cristal.
Esta noche brindaremos,
como copas sus tacones,
beberemos lo que hay.
La tormenta es como la música lenta,
y te veo en trozos de un espejo roto.
Silbaremos con los labios rojos,
una melodía que nadie conoce y que hice mía.
La metódica locura
es un bote salvavidas,
flotando a la deriva
del océano cianuro
en el que nada mi vida.
La tormenta es como la música lenta,
y te veo en trozos de un espejo roto.
Silbaremos con los labios rojos,
otra melodía.
Otra melodía que hice mía.
Tan fría, pegando la lengua al hielo.
La tormenta es como la música lenta,
y te veo en trozos de un espejo roto.
Silbaremos con los labios rojos,
una melodía que nadie conoce y que hice mía.
susurrando algo de vos.
De inmediato sugeriste
que bailáramos y fuiste
apartándote, nomás.
Puse todo en el freezer,
porque salgo a navegar,
esta noche serviremos
el cuerpo de tu amante
en bandeja de cristal.
Esta noche brindaremos,
como copas sus tacones,
beberemos lo que hay.
La tormenta es como la música lenta,
y te veo en trozos de un espejo roto.
Silbaremos con los labios rojos,
una melodía que nadie conoce y que hice mía.
La metódica locura
es un bote salvavidas,
flotando a la deriva
del océano cianuro
en el que nada mi vida.
La tormenta es como la música lenta,
y te veo en trozos de un espejo roto.
Silbaremos con los labios rojos,
otra melodía.
Otra melodía que hice mía.
Tan fría, pegando la lengua al hielo.
La tormenta es como la música lenta,
y te veo en trozos de un espejo roto.
Silbaremos con los labios rojos,
una melodía que nadie conoce y que hice mía.