El viajero frecuente quedó
solitario en la estación
cuando el tren no llegó
era un miércoles de abril,
yo no sé si era abril
sólo sé que nunca más
él volvió a ser igual
La sonrisa que tenía, qué le falta, qué perdió,
qué nunca recuperó junto a su corazón
y se fue a vivir vacío, apurado en un hilo
como sus tacos gastados, como su piel y su abrigo
La música le sobró, como las noches de amor,
nunca mas habló en plural
nunca más dijo nos
se peleó con el humor
se perdió en la ciudad
y nadie más lo encontró, nunca más se le vio
se le oía gritar
Vida aquí estoy,
se me fue el aliento y la voz
dime cuánto tiempo
te dejé las horas,
y te dejé los días y te dejé los meses
se le oía gritar.
Vida aquí estoy,
se me fue el aliento y la voz
dime cuánto tiempo... no sólo el tiempo
me quedé queriendo ser feliz
porque el viajero frecuente no era otro
era yo.
De viajero frecuente volví
una tarde a la estación
cuando el tren regresó
y era un mes lluvioso marzo
no sé si era abril
la encontré sentada allí, la miré de perfil
la lágrima que tenía entre el párpado y su boca
le enjugaba la sonrisa y no pensaba en otra cosa
que besarla en el andén
y abrazarla otra vez y contarle que sufrí
cuando no la encontré, cuando le gritaba.
Dime cuánto tiempo, no sólo el tiempo
me quedé queriendo ser feliz,
porque el viajero frecuente no era otro
era yo.
solitario en la estación
cuando el tren no llegó
era un miércoles de abril,
yo no sé si era abril
sólo sé que nunca más
él volvió a ser igual
La sonrisa que tenía, qué le falta, qué perdió,
qué nunca recuperó junto a su corazón
y se fue a vivir vacío, apurado en un hilo
como sus tacos gastados, como su piel y su abrigo
La música le sobró, como las noches de amor,
nunca mas habló en plural
nunca más dijo nos
se peleó con el humor
se perdió en la ciudad
y nadie más lo encontró, nunca más se le vio
se le oía gritar
Vida aquí estoy,
se me fue el aliento y la voz
dime cuánto tiempo
te dejé las horas,
y te dejé los días y te dejé los meses
se le oía gritar.
Vida aquí estoy,
se me fue el aliento y la voz
dime cuánto tiempo... no sólo el tiempo
me quedé queriendo ser feliz
porque el viajero frecuente no era otro
era yo.
De viajero frecuente volví
una tarde a la estación
cuando el tren regresó
y era un mes lluvioso marzo
no sé si era abril
la encontré sentada allí, la miré de perfil
la lágrima que tenía entre el párpado y su boca
le enjugaba la sonrisa y no pensaba en otra cosa
que besarla en el andén
y abrazarla otra vez y contarle que sufrí
cuando no la encontré, cuando le gritaba.
Dime cuánto tiempo, no sólo el tiempo
me quedé queriendo ser feliz,
porque el viajero frecuente no era otro
era yo.