Escribir una canción no es ir deprisa
como quieren ir deprisa los que asumen
que es un acto fisiológico y mundano
como hacer la digestión y crear desechos.
Escribir una canción es crear tormenta
en el corazón del que la pare con dolores
es un acto irreverente y solitario
como lo es la confesión de un condenado.
Es ir al cielo y abrir la puerta
meterse al cuarto de un dios noctámbulo
y esperar a que este dormido
para robarle algún verso suyo.
Salir despacio y sin dejar huella
y conspirar contra el gran peligro
de que se enteren que un dios bohemio
Es el autor de lo que compartes
Si escribí por escribir algunas veces
para aumentar el inventario en la despensa
si un encargo me obligo al sacrilegio
de sentirme un arquitecto de emociones
Si escribir una canción no es ejercicio
que mejora con la práctica y el tiempo
es pegarle un bofetón a la rutina
y rascarle la piel a lo imposible.
Es ir al cielo y abrir la puerta
meterse al cuarto de un dios noctámbulo
y esperar a que este dormido
para robarle algún verso suyo.
Salir despacio y sin dejar huella
y conspirar contra el gran peligro
de que se enteren que un dios bohemio
es el autor de lo que compartes
Que quede claro que las canciones
se las robamos a un dios dormido.
como quieren ir deprisa los que asumen
que es un acto fisiológico y mundano
como hacer la digestión y crear desechos.
Escribir una canción es crear tormenta
en el corazón del que la pare con dolores
es un acto irreverente y solitario
como lo es la confesión de un condenado.
Es ir al cielo y abrir la puerta
meterse al cuarto de un dios noctámbulo
y esperar a que este dormido
para robarle algún verso suyo.
Salir despacio y sin dejar huella
y conspirar contra el gran peligro
de que se enteren que un dios bohemio
Es el autor de lo que compartes
Si escribí por escribir algunas veces
para aumentar el inventario en la despensa
si un encargo me obligo al sacrilegio
de sentirme un arquitecto de emociones
Si escribir una canción no es ejercicio
que mejora con la práctica y el tiempo
es pegarle un bofetón a la rutina
y rascarle la piel a lo imposible.
Es ir al cielo y abrir la puerta
meterse al cuarto de un dios noctámbulo
y esperar a que este dormido
para robarle algún verso suyo.
Salir despacio y sin dejar huella
y conspirar contra el gran peligro
de que se enteren que un dios bohemio
es el autor de lo que compartes
Que quede claro que las canciones
se las robamos a un dios dormido.