Quédate con las llaves del Rolls,
con la casa y tu tonto bulldog,
y con la bruja de tu madre,
que eres sangre de su sangre.
Llévate tus joyas de aquí,
el Ferrari y la ropa de esquí,
y si necesitas algo,
tienes tu firma en el banco.
Pero hasta aquí hemos llegado,
mis discos de Elvis son sagrados,
y eso va por Los Beatles y Los Stones,
y las glorias del rock and roll.
Aunque lo nuestro haya acabado,
yo no quiero ser otro desgraciado,
espabila y desaparece,
ya tienes lo que te mereces.
Empaqueta tu ropa elegante,
las pinturas y obras de arte,
no quiero nada en las paredes,
pero hay algo que me debes.
Desaparece en este instante,
con tu canario y tu gato mutante.
Vete con precaución,
no toques mi colección.
Pero hasta aquí hemos llegado,
mis discos de Elvis son sagrados,
y eso va por Los Beatles y Los Stones,
y las glorias del rock and roll.
Aunque lo nuestro haya acabado,
yo no quiero ser otro desgraciado,
espabila y desaparece,
ya tienes lo que te mereces.
Una última cosa, por cierto:
como se te ocurra tocar mi guitarra
o mi tabla de surf,
todo el mundo sabrá
que clase de monstruo eres tú.
Pero hasta aquí...
Aunque lo nuestro...
con la casa y tu tonto bulldog,
y con la bruja de tu madre,
que eres sangre de su sangre.
Llévate tus joyas de aquí,
el Ferrari y la ropa de esquí,
y si necesitas algo,
tienes tu firma en el banco.
Pero hasta aquí hemos llegado,
mis discos de Elvis son sagrados,
y eso va por Los Beatles y Los Stones,
y las glorias del rock and roll.
Aunque lo nuestro haya acabado,
yo no quiero ser otro desgraciado,
espabila y desaparece,
ya tienes lo que te mereces.
Empaqueta tu ropa elegante,
las pinturas y obras de arte,
no quiero nada en las paredes,
pero hay algo que me debes.
Desaparece en este instante,
con tu canario y tu gato mutante.
Vete con precaución,
no toques mi colección.
Pero hasta aquí hemos llegado,
mis discos de Elvis son sagrados,
y eso va por Los Beatles y Los Stones,
y las glorias del rock and roll.
Aunque lo nuestro haya acabado,
yo no quiero ser otro desgraciado,
espabila y desaparece,
ya tienes lo que te mereces.
Una última cosa, por cierto:
como se te ocurra tocar mi guitarra
o mi tabla de surf,
todo el mundo sabrá
que clase de monstruo eres tú.
Pero hasta aquí...
Aunque lo nuestro...