¡Qué ganas de llorar en esta tarde gris!
En su repiquetear la lluvia habla de ti
Remordimiento de saber
que por mi c**pa, nunca,
vida, nunca te veré.
Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer,
temblando, al implorar de nuevo mi querer
¡Y hoy es tu voz que vuelve a mí
en esta tarde gris!
Ven
-triste me decías-,
que en esta soledad
no puede más el alma mía
Ven
y apiádate de mi dolor,
que estoy cansada de buscarte,
sufrir y esperarte
y hablar siempre a solas
con mi corazón.
Ven,
pues te quiero tanto,
que si no vienes hoy
voy a quedar ahogado en llanto
No,
no puede ser que viva así,
con este amor clavado en mí
como una maldición.
No supe comprender tu desesperación
y alegre me alejé en alas de otro amor
¡Qué solo y triste me encontré!
cuando me vi tan lejos
y mi engaño comprobé!
Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer,
temblando, al implorar de nuevo mi querer
¡Y hoy es tu voz que sangra en mí,
en esta tarde gris!
Ven
-triste me decías-,
que en esta soledad
no puede más el alma mía
Ven
y apiádate de mi dolor,
que estoy cansado de llorarte,
sufrir y esperarte
y hablar siempre a solas
con mi corazón.
Ven,
pues te quiero tanto,
que si no vienes hoy
voy a quedar ahogado en llanto
No,
no puede ser que viva así,
con este amor clavado en mí
como una maldición.
En su repiquetear la lluvia habla de ti
Remordimiento de saber
que por mi c**pa, nunca,
vida, nunca te veré.
Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer,
temblando, al implorar de nuevo mi querer
¡Y hoy es tu voz que vuelve a mí
en esta tarde gris!
Ven
-triste me decías-,
que en esta soledad
no puede más el alma mía
Ven
y apiádate de mi dolor,
que estoy cansada de buscarte,
sufrir y esperarte
y hablar siempre a solas
con mi corazón.
Ven,
pues te quiero tanto,
que si no vienes hoy
voy a quedar ahogado en llanto
No,
no puede ser que viva así,
con este amor clavado en mí
como una maldición.
No supe comprender tu desesperación
y alegre me alejé en alas de otro amor
¡Qué solo y triste me encontré!
cuando me vi tan lejos
y mi engaño comprobé!
Mis ojos al cerrar te ven igual que ayer,
temblando, al implorar de nuevo mi querer
¡Y hoy es tu voz que sangra en mí,
en esta tarde gris!
Ven
-triste me decías-,
que en esta soledad
no puede más el alma mía
Ven
y apiádate de mi dolor,
que estoy cansado de llorarte,
sufrir y esperarte
y hablar siempre a solas
con mi corazón.
Ven,
pues te quiero tanto,
que si no vienes hoy
voy a quedar ahogado en llanto
No,
no puede ser que viva así,
con este amor clavado en mí
como una maldición.