En la Puerta del Sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán, de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo
para aceptar que ya pasó uno más.
Y en el reloj de antaño
como de año en año
cinco minutos más
para la cuenta atrás.
Hacemos el balance
de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.
Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes
y alguno que otro
cura despistao.
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos
hacemos por una vez
algo a la vez.
Y en el reloj de antaño
como de año en año
cinco minutos más para
la cuenta atrás.
Hacemos el balance de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos
a los que ya no están echaremos de menos
y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.
1,2,3 y 4 y empieza otra vez
que la quinta es la una
y la s**ta es la dos
y así el siete es tres.
Y decimos adiós
y pedimos a Dios
que en el año que viene
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.
En la puerta del Sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán de alfombra están.
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán, de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo
para aceptar que ya pasó uno más.
Y en el reloj de antaño
como de año en año
cinco minutos más
para la cuenta atrás.
Hacemos el balance
de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.
Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes
y alguno que otro
cura despistao.
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos
hacemos por una vez
algo a la vez.
Y en el reloj de antaño
como de año en año
cinco minutos más para
la cuenta atrás.
Hacemos el balance de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.
Y aunque para las uvas hay algunos nuevos
a los que ya no están echaremos de menos
y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.
1,2,3 y 4 y empieza otra vez
que la quinta es la una
y la s**ta es la dos
y así el siete es tres.
Y decimos adiós
y pedimos a Dios
que en el año que viene
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.
En la puerta del Sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán de alfombra están.