El sol pega en los techos grises,
Techos grises del sur de la ciudad,
En Patricios, Pompeya y Boedo.
Y los pibes que van a la escuela,
Sospechan que después nada bueno les espera,
El fútbol por lo menos les enciende el alma.
Y se cagan en todo y en todos,
Y no le creen a nadie, y ya no esperan nada.
El fútbol por lo menos les devuelve el alma.
La pelota manda.
Techos grises del sur de la ciudad,
En Patricios, Pompeya y Boedo.
Y los pibes que van a la escuela,
Sospechan que después nada bueno les espera,
El fútbol por lo menos les enciende el alma.
Y se cagan en todo y en todos,
Y no le creen a nadie, y ya no esperan nada.
El fútbol por lo menos les devuelve el alma.
La pelota manda.