Andá a mirar si está sola, me dijo muerto de pena.
Bajé nomás la escalera y entonces la ví.
Con esa risa de ángel, que hasta a los muertos paraba.
Me la clavó en un instante en el corazón, que latía inquieto.
Yo que pensaba que el mundo tenía nomás noche y día.
Ahora el destino decía que había algo más.
Yo que vivía a los tumbos, y siempre un cuatro jugué.
Ahora tenía este ancho no lo iba a largar.
Y mi destino era ella, que supo ser de mi amigo.
Y que tenía mil caras como un carrusel, lleno de fantasmas.
Linda como una sirena, me hizo dormir en su pelo.
Y caminé por las luces que ahora me dormían.
Y pensar que por mi amigo, a esa milonga yo entré.
Para decirle que afuera el moría de amor.
Para pedirle que vuelva, con el muchacho que afuera.
Tenía el alma en pedazos lo mismo que hoy yo.
Bajé nomás la escalera y entonces la ví.
Con esa risa de ángel, que hasta a los muertos paraba.
Me la clavó en un instante en el corazón, que latía inquieto.
Yo que pensaba que el mundo tenía nomás noche y día.
Ahora el destino decía que había algo más.
Yo que vivía a los tumbos, y siempre un cuatro jugué.
Ahora tenía este ancho no lo iba a largar.
Y mi destino era ella, que supo ser de mi amigo.
Y que tenía mil caras como un carrusel, lleno de fantasmas.
Linda como una sirena, me hizo dormir en su pelo.
Y caminé por las luces que ahora me dormían.
Y pensar que por mi amigo, a esa milonga yo entré.
Para decirle que afuera el moría de amor.
Para pedirle que vuelva, con el muchacho que afuera.
Tenía el alma en pedazos lo mismo que hoy yo.