Dionisio venía sediento
Con ganas de una cerveza
Se dirigió a una cantina
Que todavía estaba abierta
Metió la mano al bolsillo
Y acaricio su cartera.
Para ser nuevo en el pueblo
La suerte no era tan mala
No le cabía en el pecho
Haber tenido en su cama
A una mujer tan hermosa
Que conoció a su llegada.
Nicho pidió al cantinero
Baraja y una cerveza
Le dijo que tal amigo
Venga a sentarse a mi mesa
Vamos a echarnos un trago
A la salud de Teresa.
El cantinero le dice
Se ve que viene contento
Ahora que cierro temprano
Vamos a tomar en serio
Cuénteme pues de Teresa
Mientras la vamos partiendo.
Se repartieron las cartas
Y comenzó la jugada
Se hicieron buenos amigos
Mientras la noche avanzaba
Nicho ya un poco tomado
Comenzó a hablar de la dama.
Es la mas chúla del pueblo
La conocí aya en la plaza
Me enamore de su cuerpo
Y anoche adorno mi cama
Vive haya por la guerrero
Y es dueña de una farmacia.
El cantinero asombrado
No quiso oír otra cosa
Ya no aviá duda que nicho
Se refería a su esposa
Se levanto y al momento
Amartillo su pistola.
Sonaron cuatro balazos
Lo agarraron por sorpresa
Nicho quiso dar un paso
Y callo sobre la meza
No supo que lo mataron
Por andar de lengua suelta.
Con ganas de una cerveza
Se dirigió a una cantina
Que todavía estaba abierta
Metió la mano al bolsillo
Y acaricio su cartera.
Para ser nuevo en el pueblo
La suerte no era tan mala
No le cabía en el pecho
Haber tenido en su cama
A una mujer tan hermosa
Que conoció a su llegada.
Nicho pidió al cantinero
Baraja y una cerveza
Le dijo que tal amigo
Venga a sentarse a mi mesa
Vamos a echarnos un trago
A la salud de Teresa.
El cantinero le dice
Se ve que viene contento
Ahora que cierro temprano
Vamos a tomar en serio
Cuénteme pues de Teresa
Mientras la vamos partiendo.
Se repartieron las cartas
Y comenzó la jugada
Se hicieron buenos amigos
Mientras la noche avanzaba
Nicho ya un poco tomado
Comenzó a hablar de la dama.
Es la mas chúla del pueblo
La conocí aya en la plaza
Me enamore de su cuerpo
Y anoche adorno mi cama
Vive haya por la guerrero
Y es dueña de una farmacia.
El cantinero asombrado
No quiso oír otra cosa
Ya no aviá duda que nicho
Se refería a su esposa
Se levanto y al momento
Amartillo su pistola.
Sonaron cuatro balazos
Lo agarraron por sorpresa
Nicho quiso dar un paso
Y callo sobre la meza
No supo que lo mataron
Por andar de lengua suelta.