Mariposa, me retoza
la canción junto a la boca
y tu imagen me provoca
florar en ti, mariposa.
Un lamento me reposa
como un mar de juramento:
en tu figura yo encuentro
la existencia de las flores
porque perfecta en amores
te siento como un lamento.
Mariposa, cual llorosa
canción que en ti se hace calma,
vienes calmándome el alma
con tu volar, mariposa.
La libertad de una rosa
es vivir en la verdad.
Bien sé que hay felicidad
en cada flor que te posas:
me lo dijeron las rosas,
eres tú su libertad.
Tu paz me llena, no hay pena
que pueda acabar contigo:
el amor es un amigo
que trae paz y que te llena.
Por mi aliento, cada vena
que por el cuerpo presiento
es como un sol que no intento
apagarlo con tristeza
porque pierde la belleza
del amor y del aliento.
Soy tu amigo, soy testigo
de cómo sin daño vives:
eres la paz, tú persigues
al que te mata al amigo.
En tu dulzura me abrigo
y entrego mi mente pura:
así la vida me dura
eternamente la vida
y no hay una sola herida
que no te tenga dulzura.
Ay, mariposa,
contigo el mundo se posa
en la verdad del amor:
sé que en el mundo hay dolor,
pero no es dolor el mundo.
la canción junto a la boca
y tu imagen me provoca
florar en ti, mariposa.
Un lamento me reposa
como un mar de juramento:
en tu figura yo encuentro
la existencia de las flores
porque perfecta en amores
te siento como un lamento.
Mariposa, cual llorosa
canción que en ti se hace calma,
vienes calmándome el alma
con tu volar, mariposa.
La libertad de una rosa
es vivir en la verdad.
Bien sé que hay felicidad
en cada flor que te posas:
me lo dijeron las rosas,
eres tú su libertad.
Tu paz me llena, no hay pena
que pueda acabar contigo:
el amor es un amigo
que trae paz y que te llena.
Por mi aliento, cada vena
que por el cuerpo presiento
es como un sol que no intento
apagarlo con tristeza
porque pierde la belleza
del amor y del aliento.
Soy tu amigo, soy testigo
de cómo sin daño vives:
eres la paz, tú persigues
al que te mata al amigo.
En tu dulzura me abrigo
y entrego mi mente pura:
así la vida me dura
eternamente la vida
y no hay una sola herida
que no te tenga dulzura.
Ay, mariposa,
contigo el mundo se posa
en la verdad del amor:
sé que en el mundo hay dolor,
pero no es dolor el mundo.