Por quererte mí bien,
con tanto anhelo,
es mí afán de adorarte,
como a Dios.
Ahora soy infeliz,
y el mismo cielo,
puso un mundo de olvido,
entre los dos.
Lloro,
me arrodillo, canto y rezo,
ante un cristo.
que me tiene que juzgar.
Para ver,
sí por medio de todo eso,
manda un ángel,
que me venga a consolar.
(música)
Aunque el pecho de piedra,
me ataladre,
ésta pena terrible,
y tan atroz.
Yo te habré de querer,
como a mí madre,
y a la vez adorarte,
como a Dios.
Lloro,
me arrodillo, canto y rezo,
ante un cristo.
que me tiene que juzgar.
Para ver,
sí por medio de todo eso,
manda un ángel,
que me venga a consolar.
con tanto anhelo,
es mí afán de adorarte,
como a Dios.
Ahora soy infeliz,
y el mismo cielo,
puso un mundo de olvido,
entre los dos.
Lloro,
me arrodillo, canto y rezo,
ante un cristo.
que me tiene que juzgar.
Para ver,
sí por medio de todo eso,
manda un ángel,
que me venga a consolar.
(música)
Aunque el pecho de piedra,
me ataladre,
ésta pena terrible,
y tan atroz.
Yo te habré de querer,
como a mí madre,
y a la vez adorarte,
como a Dios.
Lloro,
me arrodillo, canto y rezo,
ante un cristo.
que me tiene que juzgar.
Para ver,
sí por medio de todo eso,
manda un ángel,
que me venga a consolar.