No sé por qué te fuiste ni por qué después
al poco tiempo te dió por volver
no sé por qué. No sé por qué
tomaste aquella triste desición
de abandonarme y cuál fue la razón
de tu regreso y qué pasó.
Y al otro día te volviste a ir
no me diste ni tiempo de decir
de preguntarte si esa vez
regresarías como la anterior
o si te ibas en busca de amor
y si fue así supongo que
no lo encontraste, fue por eso que
volviste pero cuando te apreté
y te pregunté qué vas a hacer
me contestaste muy así nomás
con el asi decir que si te vas
pero esa vez no te dejé
porque de un brazo fuerte te agarré
pero fue inutil cuando me acosté
sentí la puerta y eras tú
que te pirabas sin decir ni "mú"
quizá que fue mejor para los dos
pero muy malo para mi.
Por eso me alegré cuando te vi
que regresabas pero no entendí
por qué enseguida te oí decir
que tú intención sigue siendo partir
y sin demora pasas a c**plir
tú anuncio me deja ahí
sin esperanza con respecto a ti
pero con la sorpresa de que así
como te vi partir tambien
te vi volver y te escuché muy bien
decir que nunca me ibas a dejar
para despues saber faltar
a tu palabra porque sin piedad
te fuiste a algún rincón de la ciudad
y al parecer no te gustó
porque si no no entiendo qué te dió
por dar la vuelta y pedirme perdón
pero en seguida ¡maldición!
Me abandonaste, y desde aquella vez
partiste y regresaste más de 10
o 20 veces y es que ya
perdí la cuenta y la velocidad
de tu continuo ir y venir se va
volviendo cada vez mayor
y bien te fuiste por el ascensor
la puerta se abre y estás otra vez
¡Ay, no sé si es que volvés!
que es imposible adivinar qué hacés
si te estás llendo y a la misma vez
te estás viniendo y aquí ya no estás
"Acá venís ¿cómo, ya te vas?"
Tu cara ya no se distingue más
apenas en el corredor
se ve una larga franja de color
de tu vestido, es como un ciclón
un huracán sin dirección
Un haz de luz cada vez más veloz
ya nadie puede verte porque no
hay más que una tenue sensación
una fugaz sutil coloración
en la baldosa de aquel corredor
y la portera ya subió
trayendo un cubo con el fregador
le digo: "Doña, deje por favor"
y me contesta: "¡No señor!
El corredor lo tengo que limpiar"
Y yo le digo que te va a borrar
si pasa el trapo por ahí.
Pero ella creé que me enloquecí
no sabe nada de lo que yo vi
y un golpe de agua con jabón
te lleva entera junto a la ilusión
de adivinar un día en qué vagón
viaja el secreto ay! de tu corazón.
al poco tiempo te dió por volver
no sé por qué. No sé por qué
tomaste aquella triste desición
de abandonarme y cuál fue la razón
de tu regreso y qué pasó.
Y al otro día te volviste a ir
no me diste ni tiempo de decir
de preguntarte si esa vez
regresarías como la anterior
o si te ibas en busca de amor
y si fue así supongo que
no lo encontraste, fue por eso que
volviste pero cuando te apreté
y te pregunté qué vas a hacer
me contestaste muy así nomás
con el asi decir que si te vas
pero esa vez no te dejé
porque de un brazo fuerte te agarré
pero fue inutil cuando me acosté
sentí la puerta y eras tú
que te pirabas sin decir ni "mú"
quizá que fue mejor para los dos
pero muy malo para mi.
Por eso me alegré cuando te vi
que regresabas pero no entendí
por qué enseguida te oí decir
que tú intención sigue siendo partir
y sin demora pasas a c**plir
tú anuncio me deja ahí
sin esperanza con respecto a ti
pero con la sorpresa de que así
como te vi partir tambien
te vi volver y te escuché muy bien
decir que nunca me ibas a dejar
para despues saber faltar
a tu palabra porque sin piedad
te fuiste a algún rincón de la ciudad
y al parecer no te gustó
porque si no no entiendo qué te dió
por dar la vuelta y pedirme perdón
pero en seguida ¡maldición!
Me abandonaste, y desde aquella vez
partiste y regresaste más de 10
o 20 veces y es que ya
perdí la cuenta y la velocidad
de tu continuo ir y venir se va
volviendo cada vez mayor
y bien te fuiste por el ascensor
la puerta se abre y estás otra vez
¡Ay, no sé si es que volvés!
que es imposible adivinar qué hacés
si te estás llendo y a la misma vez
te estás viniendo y aquí ya no estás
"Acá venís ¿cómo, ya te vas?"
Tu cara ya no se distingue más
apenas en el corredor
se ve una larga franja de color
de tu vestido, es como un ciclón
un huracán sin dirección
Un haz de luz cada vez más veloz
ya nadie puede verte porque no
hay más que una tenue sensación
una fugaz sutil coloración
en la baldosa de aquel corredor
y la portera ya subió
trayendo un cubo con el fregador
le digo: "Doña, deje por favor"
y me contesta: "¡No señor!
El corredor lo tengo que limpiar"
Y yo le digo que te va a borrar
si pasa el trapo por ahí.
Pero ella creé que me enloquecí
no sabe nada de lo que yo vi
y un golpe de agua con jabón
te lleva entera junto a la ilusión
de adivinar un día en qué vagón
viaja el secreto ay! de tu corazón.