Suena la rabia. Vivo.
Alzo la vista. Siento.
Comienzo a andar, el viento es secuaz,
el sol no ciega, grito.
He olvidado que arrastro una cruz.
Ahora saltaré ágil
entre las llamas de esta tierra que está quemándose.
Me perderé entre los granos de arena del desierto.
(Huiré de vuestras jaulas y haré temblar a vuestros jerarcas. Encontraré compañeros que secarán mis lágrimas. Empuñaremos nuestras armas y el amor que nos destruirá, será un viento de libertad que trascenderá nuestra vida. Aunque los ángeles no escuchen cuando nuestros cuerpos sucumban, aunque las heridas duelan y el orgullo se doblegue. Aunque la duda venza a la acción y la tristeza nos atormente. Aunque el desprecio azote a la pasión y la mente se nuble en odio)
Caminaré más lejos, encontraré otras sendas
saltaré toda valla, me golpearán látigos
me embrujará la luna, me guiará la tormenta
tendré fuerza para aguantar, y saliva para escupir
Alzo la vista. Siento.
Comienzo a andar, el viento es secuaz,
el sol no ciega, grito.
He olvidado que arrastro una cruz.
Ahora saltaré ágil
entre las llamas de esta tierra que está quemándose.
Me perderé entre los granos de arena del desierto.
(Huiré de vuestras jaulas y haré temblar a vuestros jerarcas. Encontraré compañeros que secarán mis lágrimas. Empuñaremos nuestras armas y el amor que nos destruirá, será un viento de libertad que trascenderá nuestra vida. Aunque los ángeles no escuchen cuando nuestros cuerpos sucumban, aunque las heridas duelan y el orgullo se doblegue. Aunque la duda venza a la acción y la tristeza nos atormente. Aunque el desprecio azote a la pasión y la mente se nuble en odio)
Caminaré más lejos, encontraré otras sendas
saltaré toda valla, me golpearán látigos
me embrujará la luna, me guiará la tormenta
tendré fuerza para aguantar, y saliva para escupir