1937
Letra: Enrique Cadícamo
Música: Juan Carlos Cobián (Argentina)
Turbio fondeadero donde van a recalar
barcos que en el muelle para siempre han de quedar;
sombras que se alargan en la noche del dolor;
náufragos del mundo que han perdido el corazón;
puentes y cordajes donde el viento viene a aullar;
barcos carboneros que jamás han de zarpar;
torvo cementerio de las naves que, al morir,
sueñan, sín embargo, que hacia el mar han de partir.
Niebla del Riachuelo,
amarrado a un recuerdo
la sigo esperando;
niebla del Riachuelo,
de ese amor, para siempre, me vas alejando...
Nunca más volvió;
nunca más la ví;
nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí...
y esa misma voz me dijo "Adiós!". (Bis)
Letra: Enrique Cadícamo
Música: Juan Carlos Cobián (Argentina)
Turbio fondeadero donde van a recalar
barcos que en el muelle para siempre han de quedar;
sombras que se alargan en la noche del dolor;
náufragos del mundo que han perdido el corazón;
puentes y cordajes donde el viento viene a aullar;
barcos carboneros que jamás han de zarpar;
torvo cementerio de las naves que, al morir,
sueñan, sín embargo, que hacia el mar han de partir.
Niebla del Riachuelo,
amarrado a un recuerdo
la sigo esperando;
niebla del Riachuelo,
de ese amor, para siempre, me vas alejando...
Nunca más volvió;
nunca más la ví;
nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí...
y esa misma voz me dijo "Adiós!". (Bis)