Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve hablando con un cajón... de ideas.
Mi nombre estaba anotado en su agenda,
mi nombre era una sigla de lata.
Mi nombre era un traje sin un hombre dentro.
Mi nombre era un traje sin un hombre
adentro de él.
Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve sentado en un banco de viempo.
"Séquese la vida antes de entrar,
rómpase la risa antes de entrar,
cuelgue su cerebro antes de entrar",
reza el cartel allí,
reza el cartel allí.
Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve alternando con un ser-gaveta.
Para él las personas se miden por metros.
Para él "buenos" o "malos" y "vivos" o "muertos".
Para él no hay consigna si no es su consigna...
Para él no hay consigna si no es su consigna gris.
Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve afilando un cuchillo de tiento.
"Séquese la vida antes de entrar,
rómpase la risa antes de entrar,
cuelgue su cerebro antes de entrar",
reza el cartel allí,
reza el cartel, lamentablemente, allí.
a primera hora,
estuve hablando con un cajón... de ideas.
Mi nombre estaba anotado en su agenda,
mi nombre era una sigla de lata.
Mi nombre era un traje sin un hombre dentro.
Mi nombre era un traje sin un hombre
adentro de él.
Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve sentado en un banco de viempo.
"Séquese la vida antes de entrar,
rómpase la risa antes de entrar,
cuelgue su cerebro antes de entrar",
reza el cartel allí,
reza el cartel allí.
Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve alternando con un ser-gaveta.
Para él las personas se miden por metros.
Para él "buenos" o "malos" y "vivos" o "muertos".
Para él no hay consigna si no es su consigna...
Para él no hay consigna si no es su consigna gris.
Hoy por la mañana,
a primera hora,
estuve afilando un cuchillo de tiento.
"Séquese la vida antes de entrar,
rómpase la risa antes de entrar,
cuelgue su cerebro antes de entrar",
reza el cartel allí,
reza el cartel, lamentablemente, allí.