Una nueva decepción se enrola en mi navío.
Bienvenida a la tripulación que comparte este destino.
Largo viaje por andar, con un ancla amarrada a los pies.
Un infierno que surcar, aunque no lo quieras ver.
Pero cuando cae la noche y la luna me ofrece su paz
Un mundo nuevo se abre ante mí.
La seducción me invita a pasar y ante tanto dolor
Cierro los ojos y comienzo a soñar.
Que puedo hacer si la suerte me vuelve la espalda.
Si el destino amenaza con uñas de marfil.
Siento el terror apretar en mi garganta.
No hay vuelta atrás, es luchar o morir.
Que puedo hacer si los sueños me roban el alma.
Si se apiadan de mí y me brindan su luz.
Vuelve la brisa y se apagan las llamas.
Solo es un juego, decide... cara o cruz.
Nuevamente sale el sol, asomado a mi ventana.
Arrogancia y crueldad quebrantando mi esperanza.
La cubierta vuelve a estar inundada por mis lágrimas.
De ilusiones que ahora son una niebla disipada.
Sin embargo siempre queda una chispa de felicidad.
Un lugar donde se puede hoy volar.
Abro mis alas y opaco mis ojos, pues si he de morir.
No en las fronteras de la realidad.
Bienvenida a la tripulación que comparte este destino.
Largo viaje por andar, con un ancla amarrada a los pies.
Un infierno que surcar, aunque no lo quieras ver.
Pero cuando cae la noche y la luna me ofrece su paz
Un mundo nuevo se abre ante mí.
La seducción me invita a pasar y ante tanto dolor
Cierro los ojos y comienzo a soñar.
Que puedo hacer si la suerte me vuelve la espalda.
Si el destino amenaza con uñas de marfil.
Siento el terror apretar en mi garganta.
No hay vuelta atrás, es luchar o morir.
Que puedo hacer si los sueños me roban el alma.
Si se apiadan de mí y me brindan su luz.
Vuelve la brisa y se apagan las llamas.
Solo es un juego, decide... cara o cruz.
Nuevamente sale el sol, asomado a mi ventana.
Arrogancia y crueldad quebrantando mi esperanza.
La cubierta vuelve a estar inundada por mis lágrimas.
De ilusiones que ahora son una niebla disipada.
Sin embargo siempre queda una chispa de felicidad.
Un lugar donde se puede hoy volar.
Abro mis alas y opaco mis ojos, pues si he de morir.
No en las fronteras de la realidad.