Una mano luminosa
de neón de color rosa
se ha acercado a la ciudad.
A la ciudad de los espejos
donde jóvenes y viejos
no se paran de mirar.
Y se miran comprobando
lo bien que lo están pasando
hasta que ya no pueden ver.
Que por las calles, las aceras,
los tejados y las cuevas,
el neón de color rosa
se hace cargo de las cosas.
El dios del rock está cansado
y un futuro electrizado
no le para de empujar.
Y le empuja fuertemente
con el cuerpo, con la mente,
sin dejarse rechazar.
Las pistolas y cuchillos
entre copas y pitillos
no tienen nada que hacer.
Gafas negras dan la nota
y medias negras en la sopa
nos dicen cómo hay que ser..
Y el humo azul se ha vuelto blanco
y ya se vende en los estancos,
ya no hay nada que temer.
Porque aquí alguien controla
en forma de nueva ola
lo que va a suceder.
Que por las calles, las aceras,...
Cuando nadie cree en nada
siempre surge una cara
que nos trata de aliviar.
Y esta cara no está en vano
porque tiene una mano
para poner y quitar.
Y así el círculo se cierra
y la gente ni se entera
de lo que ha ocurrido ya.
Que una mano luminosa
de neón de color rosa
se ha acercado la ciudad.
Y por las calles, las aceras,
los tejados y las cuevas
el neón de color rosa
se hace cargo de las cosas.
Nueva Ola: ¡Hola!...
de neón de color rosa
se ha acercado a la ciudad.
A la ciudad de los espejos
donde jóvenes y viejos
no se paran de mirar.
Y se miran comprobando
lo bien que lo están pasando
hasta que ya no pueden ver.
Que por las calles, las aceras,
los tejados y las cuevas,
el neón de color rosa
se hace cargo de las cosas.
El dios del rock está cansado
y un futuro electrizado
no le para de empujar.
Y le empuja fuertemente
con el cuerpo, con la mente,
sin dejarse rechazar.
Las pistolas y cuchillos
entre copas y pitillos
no tienen nada que hacer.
Gafas negras dan la nota
y medias negras en la sopa
nos dicen cómo hay que ser..
Y el humo azul se ha vuelto blanco
y ya se vende en los estancos,
ya no hay nada que temer.
Porque aquí alguien controla
en forma de nueva ola
lo que va a suceder.
Que por las calles, las aceras,...
Cuando nadie cree en nada
siempre surge una cara
que nos trata de aliviar.
Y esta cara no está en vano
porque tiene una mano
para poner y quitar.
Y así el círculo se cierra
y la gente ni se entera
de lo que ha ocurrido ya.
Que una mano luminosa
de neón de color rosa
se ha acercado la ciudad.
Y por las calles, las aceras,
los tejados y las cuevas
el neón de color rosa
se hace cargo de las cosas.
Nueva Ola: ¡Hola!...