Cuando al atardecer,
Los últimos rayos del sol
Jugueteaban a esconder
Las luces y el color
Del bosque del perder,
Algo se empieza a mover,
Algo a lo lejos se ve.
La lluvia hacía del mar un rumor
Y el dios de las sombras se instalaba,
La reina de la noche acudió,
Su majestad La Luna, bien acompañada,
De una procesión de almas en pena!
Portadores de luz.
Rosas en un ataúd.
Al frente dicen ver
A un vivo con una cruz,
Pues necesitan de él
Para llevar la muerte
A quien les pueda ver.
No abras a nadie mujer,
No hasta el amanecer.
Si los oyes llegar,
Y tu alma quieres salvar,
Un oráculo dibuja ya,
Reza, métete en él,
Y no escuches su voz.
La muerte te hará creer
"Que soy yo, cielo, ábreme".
Los últimos rayos del sol
Jugueteaban a esconder
Las luces y el color
Del bosque del perder,
Algo se empieza a mover,
Algo a lo lejos se ve.
La lluvia hacía del mar un rumor
Y el dios de las sombras se instalaba,
La reina de la noche acudió,
Su majestad La Luna, bien acompañada,
De una procesión de almas en pena!
Portadores de luz.
Rosas en un ataúd.
Al frente dicen ver
A un vivo con una cruz,
Pues necesitan de él
Para llevar la muerte
A quien les pueda ver.
No abras a nadie mujer,
No hasta el amanecer.
Si los oyes llegar,
Y tu alma quieres salvar,
Un oráculo dibuja ya,
Reza, métete en él,
Y no escuches su voz.
La muerte te hará creer
"Que soy yo, cielo, ábreme".