Qué risa!...
Pensar que te confié mi vida entera,
el mate, la catrera
y el marroco de ayer.
Chirola
de un vuelto miserable que se olvida,
te devolví a la vida
y fuiste mi mujer.
¡Qué risa!...
Fijarme en tu sonrisa desmayada
y en tu boca gastada,
pidiéndome un rincón.
Pelele,
me has hecho un rasguñón del lao izquierdo
y de bronca me muerdo
por tan cruel sinrazón.
Cuando el sol te alumbró con su alegría,
de puro acomplejao me fui achicando,
hasta que te estorbsó mi mundo un día
y entonces, resignao, dije: "¿Hasta cuándo?".
Ya tenés alas... volá pa´ donde quieras,
yo sigo en mi rincón a pan y mate.
Si así pagás lo que por vos yo hiciera,
andate de una vez, hoy mismo... andate.
Yo sigo aquí amurao
sin fe y sin ilusión,
velando a este finao
que fue mi corazón.
¡Qué risa!...
Pedirte una palabra cariñosa
pa´ mi vida azarosa,
que confié sólo a vos.
¡Grotesco!
Con mi caricia vil burlé tu encanto
y confundí tu llanto,
creyéndote mi dios.
¡Qué risa!...
Seguir este papel de buen otario,
qué mundo sanguinario
que te arrastró a mi lao.
¡Qué angustia!
Que pa´ una vez que un pobre diablo sueña,
el destino se empeña,
en dejarlo colgao.
Pensar que te confié mi vida entera,
el mate, la catrera
y el marroco de ayer.
Chirola
de un vuelto miserable que se olvida,
te devolví a la vida
y fuiste mi mujer.
¡Qué risa!...
Fijarme en tu sonrisa desmayada
y en tu boca gastada,
pidiéndome un rincón.
Pelele,
me has hecho un rasguñón del lao izquierdo
y de bronca me muerdo
por tan cruel sinrazón.
Cuando el sol te alumbró con su alegría,
de puro acomplejao me fui achicando,
hasta que te estorbsó mi mundo un día
y entonces, resignao, dije: "¿Hasta cuándo?".
Ya tenés alas... volá pa´ donde quieras,
yo sigo en mi rincón a pan y mate.
Si así pagás lo que por vos yo hiciera,
andate de una vez, hoy mismo... andate.
Yo sigo aquí amurao
sin fe y sin ilusión,
velando a este finao
que fue mi corazón.
¡Qué risa!...
Pedirte una palabra cariñosa
pa´ mi vida azarosa,
que confié sólo a vos.
¡Grotesco!
Con mi caricia vil burlé tu encanto
y confundí tu llanto,
creyéndote mi dios.
¡Qué risa!...
Seguir este papel de buen otario,
qué mundo sanguinario
que te arrastró a mi lao.
¡Qué angustia!
Que pa´ una vez que un pobre diablo sueña,
el destino se empeña,
en dejarlo colgao.