Pongan atención señores,
que sin poner ni quitar,
un suceso de Galicia,
aquí les voy a explicar.
Valor le pido al buen dios
y a la virgen soberana
para contar este caso
que sólo nombrarlo espanta.
En la tierra de Allariz
un criminal sin entrañas,
a tres hermanas mató
sin cuchillo ni navaja
Se crió de malos padres
sin consejo ni enseñanza y
pasó la mocedá viviendo
en mala compaña.
Andándose el tiempo adelante
el criminal se juntaba
con Manolita García
natural de Ponferrada.
Al cabo de nueve meses
Manolita embarazada
tuvo un hijo, Rosendito,
ojalá no lo alumbrara.
Y después que lo parió
al mercado marchaba
a vender la mercancía
de paño fino de Holanda.
A eso de las ocho y media
viene una grande ventada
y se fueron a guardar
debajo de una pagana,
y entonces el muy cabrón
cuando le daba la espalda,
la cogía por el cuello
y a bocados la mataba.
Y después que la mató,
al ver que el niño lloraba,
le retorcía el pescuezo y
la lengua le cortaba
Y en lo más hondo del bosque
con él la dejó enterrada.
A las preguntas que harán
por aquella desdichada
que se ha marchado a servir
a la ciudad de Granada.
En esta segunda parte,
si la fuerza no me falta,
daremos fi n al relato
que estremece a toda España.
El perverso criminal,
no contento de su hazaña,
a la hermana de Manuela,
que Benina se llamaba,
luego mató en el camino
que a Santander la llevaba y
también a Josefina
que era la tercera hermana.
Grandes investigaciones
empezaron en España
las muertes del sacauntos
por docenas se contaban.
Dando gritos por el monte
al malhechor encontraban,
las manos igual que garras
y la cara ensangrentada.
Ha salido ya el proceso
y el juez lo sentenciaba
a morir en el garrote
como la opinión demanda.
En la cárcel de Valencia
ya sus días terminaba
y el cadáver del maldito
con petróleo quemaban.
Madres las que escucháis
y buenas gentes honradas
educad a vuestros hijos
en la religión cristiana,
No sea el caso como este
por una mala crianza,
que un malvado criminal
salga de vuestras entrañas.
Aquí la historia termina,
aquí la historia se acaba,
del sacauntos de Allariz.
¡Gloria al señor, deo Gratia!
que sin poner ni quitar,
un suceso de Galicia,
aquí les voy a explicar.
Valor le pido al buen dios
y a la virgen soberana
para contar este caso
que sólo nombrarlo espanta.
En la tierra de Allariz
un criminal sin entrañas,
a tres hermanas mató
sin cuchillo ni navaja
Se crió de malos padres
sin consejo ni enseñanza y
pasó la mocedá viviendo
en mala compaña.
Andándose el tiempo adelante
el criminal se juntaba
con Manolita García
natural de Ponferrada.
Al cabo de nueve meses
Manolita embarazada
tuvo un hijo, Rosendito,
ojalá no lo alumbrara.
Y después que lo parió
al mercado marchaba
a vender la mercancía
de paño fino de Holanda.
A eso de las ocho y media
viene una grande ventada
y se fueron a guardar
debajo de una pagana,
y entonces el muy cabrón
cuando le daba la espalda,
la cogía por el cuello
y a bocados la mataba.
Y después que la mató,
al ver que el niño lloraba,
le retorcía el pescuezo y
la lengua le cortaba
Y en lo más hondo del bosque
con él la dejó enterrada.
A las preguntas que harán
por aquella desdichada
que se ha marchado a servir
a la ciudad de Granada.
En esta segunda parte,
si la fuerza no me falta,
daremos fi n al relato
que estremece a toda España.
El perverso criminal,
no contento de su hazaña,
a la hermana de Manuela,
que Benina se llamaba,
luego mató en el camino
que a Santander la llevaba y
también a Josefina
que era la tercera hermana.
Grandes investigaciones
empezaron en España
las muertes del sacauntos
por docenas se contaban.
Dando gritos por el monte
al malhechor encontraban,
las manos igual que garras
y la cara ensangrentada.
Ha salido ya el proceso
y el juez lo sentenciaba
a morir en el garrote
como la opinión demanda.
En la cárcel de Valencia
ya sus días terminaba
y el cadáver del maldito
con petróleo quemaban.
Madres las que escucháis
y buenas gentes honradas
educad a vuestros hijos
en la religión cristiana,
No sea el caso como este
por una mala crianza,
que un malvado criminal
salga de vuestras entrañas.
Aquí la historia termina,
aquí la historia se acaba,
del sacauntos de Allariz.
¡Gloria al señor, deo Gratia!