Quiero planear sobre tu tierra estable.
quisiera regresar a ser viento suave.
cuando yo solo era brisa,
acuérdate bien que, al no poder mirarme,
sabía que existía solo si a ti te podía mover
en casi todos mis viajes,
de ahí me llevé varias canciones de aire.
recuerdos de viajes
que en mares del trópico adquirí.
fue después de 20 inviernos,
acuérdate bien por las presiones de aire,
los círculos radiales se empezaron a expandir.
mientras tanto tú,
tú tan anclada en tus raíces,
con esfuerzo percibiste que invertí mi dirección.
¿y de quien siembra vientos
qué se dice? ya lo sabes.
solo cuando te quebraste,
solo entonces me di cuenta: era yo.
el huracán de una escala descomunal,
crecido en su arrogancia,
por sí mismo dio una vuelta en espiral.
y ese huracán, con la luz de lunas de hiel,
a mil metros del suelo
a duras penas se dio cuenta que arrasó
bajo el volcán.
toda sed de comprender
cualquier motivo, el sinsentido,
ha dejado a hombres de ciencia
sin salir de sus porqués.
fenómenos del mal, desastres,
que vienen y van,
que van, que van, que van sucedido
sin aviso fiable o preventiva medición.
tu tierra antes dormida de tu lava se llenó.
cerramos aeropuertos, desviamos los aviones del perdón.
ya no hay nada en mí,
solo restos que destruyen.
y mi huracán de una escala de fuerza 6,
crecido en su arrogancia,
a duras penas se dio cuenta que arrasó
bajo el volcán.
tu volcán.
ni siquiera el mismo diablo lo haría mejor.
y el huracán de una escala descomunal,
crecido en su arrogancia,
por sí mismo dio una gran vuelta en espiral.
ese huracán quiso huir de su propio ser,
se fue a otras ciudades convencido que a tus islas
le estaba prohibido volver.
le estaba prohibido volver.
quisiera regresar a ser viento suave.
cuando yo solo era brisa,
acuérdate bien que, al no poder mirarme,
sabía que existía solo si a ti te podía mover
en casi todos mis viajes,
de ahí me llevé varias canciones de aire.
recuerdos de viajes
que en mares del trópico adquirí.
fue después de 20 inviernos,
acuérdate bien por las presiones de aire,
los círculos radiales se empezaron a expandir.
mientras tanto tú,
tú tan anclada en tus raíces,
con esfuerzo percibiste que invertí mi dirección.
¿y de quien siembra vientos
qué se dice? ya lo sabes.
solo cuando te quebraste,
solo entonces me di cuenta: era yo.
el huracán de una escala descomunal,
crecido en su arrogancia,
por sí mismo dio una vuelta en espiral.
y ese huracán, con la luz de lunas de hiel,
a mil metros del suelo
a duras penas se dio cuenta que arrasó
bajo el volcán.
toda sed de comprender
cualquier motivo, el sinsentido,
ha dejado a hombres de ciencia
sin salir de sus porqués.
fenómenos del mal, desastres,
que vienen y van,
que van, que van, que van sucedido
sin aviso fiable o preventiva medición.
tu tierra antes dormida de tu lava se llenó.
cerramos aeropuertos, desviamos los aviones del perdón.
ya no hay nada en mí,
solo restos que destruyen.
y mi huracán de una escala de fuerza 6,
crecido en su arrogancia,
a duras penas se dio cuenta que arrasó
bajo el volcán.
tu volcán.
ni siquiera el mismo diablo lo haría mejor.
y el huracán de una escala descomunal,
crecido en su arrogancia,
por sí mismo dio una gran vuelta en espiral.
ese huracán quiso huir de su propio ser,
se fue a otras ciudades convencido que a tus islas
le estaba prohibido volver.
le estaba prohibido volver.