Sobre el mar rizado
y gris al alba,
un velero de tres palos
resigue invisible ruta
que tantos bajeles antiguos
trazaron sobre las olas encrestadas
con su carga de salazón y ánforas.
Refugio su capitán buscará
en ensenada o puerto
aunque la tormenta real que le acecha
no es tifón ni galerna
ni los elementos desatados,
que es otra clase de tormenta
la que lo hunde,
la que le anega por dentro.
Ausencia, ausencia,
amor celoso y ausencias.
Ausencia, ausencia
endemoniada y estéril combinación.
Capeando bravo,
el velero se defiende
saliéndose de las rocas,
largando todo su trapo.
Mal estibada la carga,
el tres palos embarranca.
Qué mal estibada carga
es la del alma sufriente,
anulada en el despecho
si hay celos y desconfianza.
Ausencia, ausencia,
amor celoso y ausencias.
Ausencia, ausencia
endemoniada y nefasta combinación.
y gris al alba,
un velero de tres palos
resigue invisible ruta
que tantos bajeles antiguos
trazaron sobre las olas encrestadas
con su carga de salazón y ánforas.
Refugio su capitán buscará
en ensenada o puerto
aunque la tormenta real que le acecha
no es tifón ni galerna
ni los elementos desatados,
que es otra clase de tormenta
la que lo hunde,
la que le anega por dentro.
Ausencia, ausencia,
amor celoso y ausencias.
Ausencia, ausencia
endemoniada y estéril combinación.
Capeando bravo,
el velero se defiende
saliéndose de las rocas,
largando todo su trapo.
Mal estibada la carga,
el tres palos embarranca.
Qué mal estibada carga
es la del alma sufriente,
anulada en el despecho
si hay celos y desconfianza.
Ausencia, ausencia,
amor celoso y ausencias.
Ausencia, ausencia
endemoniada y nefasta combinación.