Las chicas rubias de Serrano
nos engañan a todos creyendo que, al fin y al cabo,
aún es posible creer en algo;
que hay algo luminoso al alcance de la mano.
Y no voy a ser yo el que pierda la ilusión.
No voy a ser yo quien se guarde el corazón.
Las chicas rubias de Serrano
sonríen mientras llenan las terrazas de verano.
Yo sigo el ritmo de su zapatos
y adoro las canciones que en invierno he detestado.
Y no hay nada mejor que La oreja de Van Gogh.
Y no hay nada de alcohol: "Otra copa, por favor".
Las tengo que matar aunque solo sea una vez,
entonces ya podré hacer vida marital.
Las tengo que matar aunque solo sea esta vez,
entonces ya podré ser un poco más normal
y no contarte cada año que
las chicas rubias de Serrano...
nos engañan a todos creyendo que, al fin y al cabo,
aún es posible creer en algo;
que hay algo luminoso al alcance de la mano.
Y no voy a ser yo el que pierda la ilusión.
No voy a ser yo quien se guarde el corazón.
Las chicas rubias de Serrano
sonríen mientras llenan las terrazas de verano.
Yo sigo el ritmo de su zapatos
y adoro las canciones que en invierno he detestado.
Y no hay nada mejor que La oreja de Van Gogh.
Y no hay nada de alcohol: "Otra copa, por favor".
Las tengo que matar aunque solo sea una vez,
entonces ya podré hacer vida marital.
Las tengo que matar aunque solo sea esta vez,
entonces ya podré ser un poco más normal
y no contarte cada año que
las chicas rubias de Serrano...