Cuando se acerca la noche, en un oscuro café,
la gente paga dos llibras por escucharla y beber.
Su voz se mete en tus venas, tu cuerpo vibra sin querer.
El viento es un huracán que sopla en los mares del Sur.
Ella es la reina del muelle, ella es la reina del blues.
Los chicos bailan a oscuras, el piano escupe su canción.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.
No necesito dinero, no necesito tu amor,
la única cosa que quiero es un trozo de carbón
para pintarme la cara, para cambiarme de color.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.
No necesito dinero, no necesito tu amor,
la única cosa que quiero es un trozo de carbón
para pintarme la cara, para cambiarme de color.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.
la gente paga dos llibras por escucharla y beber.
Su voz se mete en tus venas, tu cuerpo vibra sin querer.
El viento es un huracán que sopla en los mares del Sur.
Ella es la reina del muelle, ella es la reina del blues.
Los chicos bailan a oscuras, el piano escupe su canción.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.
No necesito dinero, no necesito tu amor,
la única cosa que quiero es un trozo de carbón
para pintarme la cara, para cambiarme de color.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.
No necesito dinero, no necesito tu amor,
la única cosa que quiero es un trozo de carbón
para pintarme la cara, para cambiarme de color.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.
Otra vez esa canción, otra vez esa canción.