Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de p***to la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican c**tura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Despojo bendecido, cadenas forjadas por la ambición. Economía subordinada, agonizante desde que nació.
Saqueo multimillonario legitimado por la Conquista, permitió la acumulación que dio a luz al Sistema Capitalista.
Indios desterrados de sus propias tierras, legiones de seres sin hogar, Potosí convertida en cementerio, vomitando esclavos muertos por el Capital.
Riquezas nativas convertidas en desgracia, alquimia del Mercado Internacional. Tierras arrasadas por el monocultivo, campesinos sometidos a la esclavitud feudal.
Los nadie, los olvidados, los esclavos asalariados, que valemos menos que la bala que nos matará. Productores de todo, dueños de nada, ajenos a nuestras vidas Interminables ecos de un grito: ¡Tierra y Libertad!
La obra de los Conquistadores continuada por el Fondo Monetario, mano de obra barata de acuerdo a los caprichos del Mercado. Sociedad de consumo, una fiesta con pocos invitados, el progreso es una travesía repleta de naufragios.
El sistema está en guerra con los niños pobres que ha creado, educados para consumir lo que la miseria les ha negado. El hambre los obliga al robo o la prostitución, la realidad les niega lo que les ofrecen por televisión.
Desposeídos, organizados ¡Poco tenemos que perder!
Por un mundo nuevo de igualdad y justicia, asambleas comunitarias, organización horizontal.
Autogestión libertaria en nuestras comunidades, para dar respuesta a nuestras necesidades.
La historia será abofeteada por los perdedores que olvidaron el silencio y vengaron las humillaciones.
Los nadie, los olvidados, los esclavos asalariados, que valemos menos que la bala que nos matará. Productores de todo, dueños de nada, ajenos a nuestras vidas Interminables ecos de un grito: ¡Tierra y Libertad!
Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican c**tura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Despojo bendecido, cadenas forjadas por la ambición. Economía subordinada, agonizante desde que nació.
Saqueo multimillonario legitimado por la Conquista, permitió la acumulación que dio a luz al Sistema Capitalista.
Indios desterrados de sus propias tierras, legiones de seres sin hogar, Potosí convertida en cementerio, vomitando esclavos muertos por el Capital.
Riquezas nativas convertidas en desgracia, alquimia del Mercado Internacional. Tierras arrasadas por el monocultivo, campesinos sometidos a la esclavitud feudal.
Los nadie, los olvidados, los esclavos asalariados, que valemos menos que la bala que nos matará. Productores de todo, dueños de nada, ajenos a nuestras vidas Interminables ecos de un grito: ¡Tierra y Libertad!
La obra de los Conquistadores continuada por el Fondo Monetario, mano de obra barata de acuerdo a los caprichos del Mercado. Sociedad de consumo, una fiesta con pocos invitados, el progreso es una travesía repleta de naufragios.
El sistema está en guerra con los niños pobres que ha creado, educados para consumir lo que la miseria les ha negado. El hambre los obliga al robo o la prostitución, la realidad les niega lo que les ofrecen por televisión.
Desposeídos, organizados ¡Poco tenemos que perder!
Por un mundo nuevo de igualdad y justicia, asambleas comunitarias, organización horizontal.
Autogestión libertaria en nuestras comunidades, para dar respuesta a nuestras necesidades.
La historia será abofeteada por los perdedores que olvidaron el silencio y vengaron las humillaciones.
Los nadie, los olvidados, los esclavos asalariados, que valemos menos que la bala que nos matará. Productores de todo, dueños de nada, ajenos a nuestras vidas Interminables ecos de un grito: ¡Tierra y Libertad!