[TONI]
¿Lo recuerdas?, tan borrachos los sábados,
explorando nuestros cuerpos diáfanos,
vaya dos, no había mayor escándalo,
mi lengua en tu espalda y mi frase en tu hipotálamo,
follábamos, sobre las cuerdas de una guitarra,
de Victor Jara o de Violeta Parra,
y nada raro, sólo fuimos dos Bolivarianos,
que cada noche de guerra una tierra liberamos,
y bailamos, ron en mano, fumando habanos,
mientras en Girón morían norteamericanos.
¿Por qué me excita tu criterio y tu bajo hemisferio?
¿pero mucho más la caída de un imperio?
Todo era vértigo y pretéritos,
días eléctricos, amor hipotéticos,
escéptico sin fin, sin miedo y sin dormir,
tu cama era Berlín,
y nosotros dos soviéticos.
Y huyamos de las cuerdas del romanticismo,
del egoísmo de no querernos a nosotros mismos,
que ni yo soy tuyo ni tu eres mía,
sólo siendo libres supimos hacernos compañía,
y a la mierda la melancolía,
que la vida son dos días,
sirve más sangría,
que el tiempo no se detiene y tú eliges,
disgustos o placeres,
dime que prefieres,
porque nos queda la memoria,
nos queda nuestra historia,
da igual si ruina o gloria,
nos quedan los sueños y la rabia,
aunque mañana nos separemos como Yugoslavia.
[ NEGA]
Segunda parte,
a modo de epílogo,
tu coño sabe a pódium de discoteca de polígono,
a politono de eskorbuto,
a droga,
tú hacías de Lauren Bacall,
yo de Humphrey Bogart,
Sharapova de color caoba,
follaremos en tu mezquita,
en tu ermita y en tu sinagoga,
soñando con estar en boga,
otro beso colgado,
otro cigarrillo a orillas del Volga.
Francotiradora en el tejado,
seré el recluta alemán,
tú serás mi Stalingrado,
claro,
que el invierno es imposible contigo,
soy un judas y un crack como Figo.
Crimen y castigo,
busco abrigo en noches gélidas,
mañanas pretéritas,
arquitectura del olvido,
aquellas noches viendo Terminator,
aquellas vacaciones en Lekeitio,
aquellos pletios,
y tu sonrisa,
ya me cansé de discusiones,
de vivir demasiado deprisa,
no te quiero sumisa,
te quiero libre,
subir esa montaña y sentir la brisa,
soñar con el caribe y todas esas vainas,
vivir en Treme,
Nueva Orleans,
bailar en el desfile,
baña*** en Cannes,
instantes,
la cara que pusiste cuando te regale las Martens,
y tus ojos brillantes.
No perderé esta carrera como Mesala,
chavala,
que nadie te corte las alas,
los hijos que no tuvimos tiran piedras en Ramallah.
¿Lo recuerdas?, tan borrachos los sábados,
explorando nuestros cuerpos diáfanos,
vaya dos, no había mayor escándalo,
mi lengua en tu espalda y mi frase en tu hipotálamo,
follábamos, sobre las cuerdas de una guitarra,
de Victor Jara o de Violeta Parra,
y nada raro, sólo fuimos dos Bolivarianos,
que cada noche de guerra una tierra liberamos,
y bailamos, ron en mano, fumando habanos,
mientras en Girón morían norteamericanos.
¿Por qué me excita tu criterio y tu bajo hemisferio?
¿pero mucho más la caída de un imperio?
Todo era vértigo y pretéritos,
días eléctricos, amor hipotéticos,
escéptico sin fin, sin miedo y sin dormir,
tu cama era Berlín,
y nosotros dos soviéticos.
Y huyamos de las cuerdas del romanticismo,
del egoísmo de no querernos a nosotros mismos,
que ni yo soy tuyo ni tu eres mía,
sólo siendo libres supimos hacernos compañía,
y a la mierda la melancolía,
que la vida son dos días,
sirve más sangría,
que el tiempo no se detiene y tú eliges,
disgustos o placeres,
dime que prefieres,
porque nos queda la memoria,
nos queda nuestra historia,
da igual si ruina o gloria,
nos quedan los sueños y la rabia,
aunque mañana nos separemos como Yugoslavia.
[ NEGA]
Segunda parte,
a modo de epílogo,
tu coño sabe a pódium de discoteca de polígono,
a politono de eskorbuto,
a droga,
tú hacías de Lauren Bacall,
yo de Humphrey Bogart,
Sharapova de color caoba,
follaremos en tu mezquita,
en tu ermita y en tu sinagoga,
soñando con estar en boga,
otro beso colgado,
otro cigarrillo a orillas del Volga.
Francotiradora en el tejado,
seré el recluta alemán,
tú serás mi Stalingrado,
claro,
que el invierno es imposible contigo,
soy un judas y un crack como Figo.
Crimen y castigo,
busco abrigo en noches gélidas,
mañanas pretéritas,
arquitectura del olvido,
aquellas noches viendo Terminator,
aquellas vacaciones en Lekeitio,
aquellos pletios,
y tu sonrisa,
ya me cansé de discusiones,
de vivir demasiado deprisa,
no te quiero sumisa,
te quiero libre,
subir esa montaña y sentir la brisa,
soñar con el caribe y todas esas vainas,
vivir en Treme,
Nueva Orleans,
bailar en el desfile,
baña*** en Cannes,
instantes,
la cara que pusiste cuando te regale las Martens,
y tus ojos brillantes.
No perderé esta carrera como Mesala,
chavala,
que nadie te corte las alas,
los hijos que no tuvimos tiran piedras en Ramallah.