Plutón era su nombre el gato negro mi preferido
yo le daba de comer y él me seguía por la casa.
La amistad fue marchitando por obra del demonio
me hice indiferente a los sentimientos ajenos.
Una noche que entré en casa completamente borracho
le agarré con rabia diabólica sembrada de ginebra,
saqué del bolsillo un cortaplumas, apreté con fuerza su garganta
y deliberadamente... le saqué un ojo.
Persistí en mis excesos, ahogué en vino mis recuerdos
desarrollé entonces en mí el espíritu de la perversidad,
hacer el mal por amor al mal me impulsaba a continuar
el suplicio sometido al inofensivo animal.
El gato me seguía por la pendiente escalera
y en ese momento me exasperó hasta la demencia,
no se había extinguido aún el eco de mis golpes
cuando una voz surgió del fondo de la tumba.
Como el sollozo de un niño aumentando de intensidad
como espantosa armonía que brota de gargantas muertas,
el cadáver descompuesto cubierto de sangre seca
con la abominable bestia sobre su cabeza,
apareció rígido, inmóvil ante la vista de espectadores,
escondiendo a mi víctima emparedé al monstruo en la tumba.
Plutón era su nombre el gato negro mi preferido
yo le daba de comer y él me seguía por la casa.
yo le daba de comer y él me seguía por la casa.
La amistad fue marchitando por obra del demonio
me hice indiferente a los sentimientos ajenos.
Una noche que entré en casa completamente borracho
le agarré con rabia diabólica sembrada de ginebra,
saqué del bolsillo un cortaplumas, apreté con fuerza su garganta
y deliberadamente... le saqué un ojo.
Persistí en mis excesos, ahogué en vino mis recuerdos
desarrollé entonces en mí el espíritu de la perversidad,
hacer el mal por amor al mal me impulsaba a continuar
el suplicio sometido al inofensivo animal.
El gato me seguía por la pendiente escalera
y en ese momento me exasperó hasta la demencia,
no se había extinguido aún el eco de mis golpes
cuando una voz surgió del fondo de la tumba.
Como el sollozo de un niño aumentando de intensidad
como espantosa armonía que brota de gargantas muertas,
el cadáver descompuesto cubierto de sangre seca
con la abominable bestia sobre su cabeza,
apareció rígido, inmóvil ante la vista de espectadores,
escondiendo a mi víctima emparedé al monstruo en la tumba.
Plutón era su nombre el gato negro mi preferido
yo le daba de comer y él me seguía por la casa.