Yo conocí tu época dorada,
aquellos años de estudiante en Cádiz,
cuando tú frecuentabas los suburbios
peores, los bares más inhóspitos.
Entonces era fácil encontrarte
en las sesiones últimas de cine,
bajo cualquier portal o en el asiento
trasero de algún coche abandonado.
Y también te recuerdo, sobre todo,
momentos antes de empezar la fiesta,
de pie y muy morena preparando
inexplicables cócteles, martinis
Mis amigos sabían ya del turbio,
inextinguible fuego de tus labios,
y yo no supe hablarte o no lo hice
esperando quizás mejor momento.
Y me arrepiento ahora, Julia Reis,
tierno amor sin amparo, fácil presa
del los perdidos barcos de la noche.
aquellos años de estudiante en Cádiz,
cuando tú frecuentabas los suburbios
peores, los bares más inhóspitos.
Entonces era fácil encontrarte
en las sesiones últimas de cine,
bajo cualquier portal o en el asiento
trasero de algún coche abandonado.
Y también te recuerdo, sobre todo,
momentos antes de empezar la fiesta,
de pie y muy morena preparando
inexplicables cócteles, martinis
Mis amigos sabían ya del turbio,
inextinguible fuego de tus labios,
y yo no supe hablarte o no lo hice
esperando quizás mejor momento.
Y me arrepiento ahora, Julia Reis,
tierno amor sin amparo, fácil presa
del los perdidos barcos de la noche.