Cercada estaba la flor de puñales y de espadas,
y soñaba con caricias como niña enamorada.
Vino mil veces la brisa para intentar consolarla,
pero no pudo la brisa alegrarle la mirada.
No pudo ni tan siquiera hacerle la luz más clara.
Le he regalao una sonrisa
y ella no quiso aceptarla,
una danza alegre y loca
y ella no quiso bailarla.
Y se quedó quieta y sola
convertida en flor amarga.
El llorá, tantos siglos de llorá,
tanto cambiar el camino,
tanto cambiar el andá.
El llorá, cuando canta el pueblo mío
más que cantar es llorá.
El llorá, tantos siglos de llorá,
tanto cambiar el camino,
tanto cambiar el andá.
El llorá, cuando canta el pueblo mío
más que cantar es llorá.
El llorá, tantos siglos de llorá,
tanto cambiar el camino,
tanto cambiar el andá.
El llorá, cuando canta el pueblo mío...
y soñaba con caricias como niña enamorada.
Vino mil veces la brisa para intentar consolarla,
pero no pudo la brisa alegrarle la mirada.
No pudo ni tan siquiera hacerle la luz más clara.
Le he regalao una sonrisa
y ella no quiso aceptarla,
una danza alegre y loca
y ella no quiso bailarla.
Y se quedó quieta y sola
convertida en flor amarga.
El llorá, tantos siglos de llorá,
tanto cambiar el camino,
tanto cambiar el andá.
El llorá, cuando canta el pueblo mío
más que cantar es llorá.
El llorá, tantos siglos de llorá,
tanto cambiar el camino,
tanto cambiar el andá.
El llorá, cuando canta el pueblo mío
más que cantar es llorá.
El llorá, tantos siglos de llorá,
tanto cambiar el camino,
tanto cambiar el andá.
El llorá, cuando canta el pueblo mío...