El problema latinoamericano es viejo.
120 familias dueñas de un país, prepotentes, creyendo que un país les pertenece por esto, creyendo que un pais, una sociedad basa todo su potencia en esto.
Para más re cacha creyendo en un señor misericordioso, que calma las ganas de cambiar las cosas y que a veces, sólo a veces, aplaca las ganas que tiene mucha gente de que las cosas sean mejores.
Creen en Stroessner, Frei, Fujimori, Colhor de Mello, Pinochet. Los santifican, los hacen dueños del negocio, los tratan de hacer eternos. Porque son parte del negocio, compran las cabezas y aseguran la familia.
El problema es que estos hijos de la gran puta no saben que de un momento a otro cambian las cosas, se da vuelta la tortilla, tiembla el país, la estructuras, porque el hambre, la salud, la educación, el llanto, la violencia, la ignorancia, el corazón, se juntan y después de realizar todas las posibilidades, una a una, la última se convierte en sangre.
LA ÚLTIMA SE VA A CONVERTIR EN SANGRE.
120 familias dueñas de un país, prepotentes, creyendo que un país les pertenece por esto, creyendo que un pais, una sociedad basa todo su potencia en esto.
Para más re cacha creyendo en un señor misericordioso, que calma las ganas de cambiar las cosas y que a veces, sólo a veces, aplaca las ganas que tiene mucha gente de que las cosas sean mejores.
Creen en Stroessner, Frei, Fujimori, Colhor de Mello, Pinochet. Los santifican, los hacen dueños del negocio, los tratan de hacer eternos. Porque son parte del negocio, compran las cabezas y aseguran la familia.
El problema es que estos hijos de la gran puta no saben que de un momento a otro cambian las cosas, se da vuelta la tortilla, tiembla el país, la estructuras, porque el hambre, la salud, la educación, el llanto, la violencia, la ignorancia, el corazón, se juntan y después de realizar todas las posibilidades, una a una, la última se convierte en sangre.
LA ÚLTIMA SE VA A CONVERTIR EN SANGRE.