Amanezco solitario; el sol ciega mis ojos, la brisa acaricia mi rostro. Hoy me persigue un pensamiento y descentra mi quehacer diario. En el lado izquierdo de mi pecho siento nuevos pálpitos.
Desde anoche, mi micro está de morros, tiene celos.
Hoy los trozos de mis textos no son suyos, sino tuyos. La rima, por la noche, me dijo que dormiera en un sillón. 'Rima, yo te amo' - contesté - y pase lo que pase, de tí nunca me separare.
Pero espera, hace tiempo no comparto corazón con un ser de carne y hueso. Hoy me mantiene vivo la ilusión de ser preso por la noche en santuarios de besos, caricias, sentimientos y susurros humanos. Rima, dormiré en un sillón, pero has de comprender que éste crudo corazón necesita de alimento, necesita sentir el aliento de otro ser humano. Por eso hoy tus celos son injustificados.
Yo siempre te amaré, nunca te abandonaré; llevas años consolando mis desgracias, riéndome las gracias. Necesito que llegue el momento de, en ciertos momentos, mantener las distancias. Sé que amar a dos princesas de forma intensa de diferentes maneras, sé que cuesta, puede que me quiebre la cabeza. Sonreiré a los problemas, hoy mi alma tiene fuerza. Alza el puño y me pide, Sergio pelea.
Ya son demasiadas ocasiones perdidas, ésta vez quiero arriesgar. ¿Sabes? Necesito amar. Por eso, rima, mis ansias de verte navegar entre bases perfectas, siguen intactas. Entiende a éste olvidado, tú me sacias y me llevas a parajes paradisíacos. Sé que es delicado, pero hay sitios en mi corazón complicados, que se sienten anoréxicos.
Hoy lo necesito, entiéndelo, necesito el equilibrio de encontrar a una sirena y me lleve por senderos mágicos. Sirena, por tu c**pa hoy mi micro y mi amada sienten celos. Ya la pena la aborrezco, y lo poco que conozco, me impactó.
Conozcámonos si quieres, te ofrezco las yemas de mis dedos; poco a poco, pasito a pasito, despacito, que la prisa mata.
Estoy harto de tanta soledad. Y son tantos mi rechazos, tantos mis despistes, que ha llegado el momento de dejar a un lado la coraza. Mi vida la equilibra una balanza llena de esperanza y nata. Sirena, convierte mi esperanza en chocolate, y haz dulce el caminar de éste olvidado triste.
Sé que puedo amar a una mujer, me delata mi mirada, tengo mucho que ofrecer. Sólo recordarte, que si no quieres mirarme, vale, de acuerdo, tendré que conformarme. Que si sólo quieres verme, vale, llama, hablemos. Estoy conforme, pero si andas deseándome, basta con gritar mi nombre.
Desde anoche, mi micro está de morros, tiene celos.
Hoy los trozos de mis textos no son suyos, sino tuyos. La rima, por la noche, me dijo que dormiera en un sillón. 'Rima, yo te amo' - contesté - y pase lo que pase, de tí nunca me separare.
Pero espera, hace tiempo no comparto corazón con un ser de carne y hueso. Hoy me mantiene vivo la ilusión de ser preso por la noche en santuarios de besos, caricias, sentimientos y susurros humanos. Rima, dormiré en un sillón, pero has de comprender que éste crudo corazón necesita de alimento, necesita sentir el aliento de otro ser humano. Por eso hoy tus celos son injustificados.
Yo siempre te amaré, nunca te abandonaré; llevas años consolando mis desgracias, riéndome las gracias. Necesito que llegue el momento de, en ciertos momentos, mantener las distancias. Sé que amar a dos princesas de forma intensa de diferentes maneras, sé que cuesta, puede que me quiebre la cabeza. Sonreiré a los problemas, hoy mi alma tiene fuerza. Alza el puño y me pide, Sergio pelea.
Ya son demasiadas ocasiones perdidas, ésta vez quiero arriesgar. ¿Sabes? Necesito amar. Por eso, rima, mis ansias de verte navegar entre bases perfectas, siguen intactas. Entiende a éste olvidado, tú me sacias y me llevas a parajes paradisíacos. Sé que es delicado, pero hay sitios en mi corazón complicados, que se sienten anoréxicos.
Hoy lo necesito, entiéndelo, necesito el equilibrio de encontrar a una sirena y me lleve por senderos mágicos. Sirena, por tu c**pa hoy mi micro y mi amada sienten celos. Ya la pena la aborrezco, y lo poco que conozco, me impactó.
Conozcámonos si quieres, te ofrezco las yemas de mis dedos; poco a poco, pasito a pasito, despacito, que la prisa mata.
Estoy harto de tanta soledad. Y son tantos mi rechazos, tantos mis despistes, que ha llegado el momento de dejar a un lado la coraza. Mi vida la equilibra una balanza llena de esperanza y nata. Sirena, convierte mi esperanza en chocolate, y haz dulce el caminar de éste olvidado triste.
Sé que puedo amar a una mujer, me delata mi mirada, tengo mucho que ofrecer. Sólo recordarte, que si no quieres mirarme, vale, de acuerdo, tendré que conformarme. Que si sólo quieres verme, vale, llama, hablemos. Estoy conforme, pero si andas deseándome, basta con gritar mi nombre.