Aburrimiento visceral, hipocondría, angustia cósmica,
el punto más lejano del Sol, en mi órbita,
el puro hastío de vivir es mi amarga tónica.
Miedos que suplo con apariencias,
odio a uno mismo y al sistema de creencias,
como un masoca en manos de una sádica,
es la relación de mi alma con mi conciencia,
soy reservado me protejo de hablar
pues las palabras compromete, prometen.
Un hombre sin palabra es lo mismo que una cabra, un oso o una serpiente.
Yo no no creo en nada, evito desengaños,
me alejo de todo lo que pueda hacerme daño,
luego supe que la gloria no es para los prudentes,
una vez arriesgué y acabé desconfiando de la gente,
manteniendo siempre las distancias, rancias,
relaciones sin sustancia,
no alejarse del vampiro
no es más que un sinsentido consentido,
si tan sólo hubiera tenido la oportunidad
se habría ido, pero se quedó a mi lado, no lo olvido,
yo deliraba deprimido todo el día
y aún así ella me miraba con todo el amor que podía,
fantaseando con un bucle,
sentir pena de sentir pena,
sin fuerzas ni ganas, con fuerte desgana,
planeando una existencia plana,
blanco sobre blanco, negro sobre negro,
y así sucesivamente,
ser uno con el vacío,
y tumbado caer de caer y recaer profundamente,
redundar en lo obsoleto, quedarse quieto,
renunciar a los servicios del esqueleto,
crear un ghetto en el sofá,
despedirse del Sol y del viento, morir despierto,
rebeldía contra la propia rebeldía,
hoy no abriré los ojos en todo el día.
Vivir en un túnel, dormir en un túnel,
así hasta ser una piedra más del túnel.
Constatar la propia dejadez,
decirse: Adiós, muy buenas, nos conocimos alguna vez,
o verse sólo para hacerse porros y cambiar de track,
sedarse, morirse de sed, bucear en la mentira,
nadar en la nada,
sucumbir a las lágrimas, ni ácidas ni saladas,
ni dulces ni amargas, sí neutras, siniestras.
Me he convertido en una estatua,
he desarrollado el llanto perfecto,
pero no dan premios por esto,
ni afecto, golpes que se llevan las puertas,
señales invisibles si no estás alerta,
atento, desconectado,
he necesitado meses para descubrir que estaba equivocado.
Hay mariposas que parecen monstruos,
y hay rostros que se quedan grabados,
como alguien me engañó dejé de ser compasivo,
y cada día me volví más cruel.
Pagaron justos por pecadores,
Nerón me hablaba, oírle fue el peor de mis errores,
explotando en el momento más inoportuno,
lanzo el día a la basura en el minuto uno,
no le he dado un beso ni las gracias por el zumo,
le he vuelto a amargar el desayuno
con mis deseos de morir al despertar,
¿Con un tío así quién coño quiere estar?
Otro gesto de mierda, otra la mala respuesta,
otra mirada acusadora de mierda y la hice llorar.
Es por eso que me quiero reventar,
cuando se vaya a trabajar me voy a rajar.
"Ese no soy yo, ese no soy yo"
oí mi voz, "Sólo Diós te podrá salvar".
Y fui a un curo que me exorcizara,
me dijo "Tu eres noble, sólo es una etapa rara,
cuídate y cuida más de tu amada,
Diós está contigo, hijo mío, no temas a nada".
Al final la solución estaba en mí,
aún no la encontré pero estoy ahí.
Se me vino grande el mundo, no pude con la presión,
ojalá no hubiera escrito esta canción.
Sueño con mi madre abrochándome el abrigo,
fotos de mi vida en las acequias,
nadie puede devolverme a mi amigo Carlos,
ni puede quitarme lo de aquellas tardes.
El reloj no anda hacia atrás,
ni siquiera se nos permite la pausa, tic-tac, tic-tac,
en la tormenta el tiempo es una broma macabra.
Voy hacia la muerte aterrado,
habiendo malgastado la vida enfadado.
Ahora me da pena irme,
sabiendo que el tiempo que gasté en odiarme no me sirve.
Suenan las campanas anunciando ya mi hora,
corpóreo y sepulto parece que llora,
lágrimas recientes en mi piel inerte,
el grito de mis ojos por no poder volver a verte.
Yo te amaré hasta en el más allá,
allí te esperé con mi chilaba blanca,
si no me perdonas no descanso en paz,
yo siempre estuve enamorado de tu alma,
soy el encargado de tu felicidad,
pongo toda mi bondad en la balanza, pero no alcanza,
nunca perdiste la fe en mí, ni la esperanza
de que solo fueran tiempos raros.
[Estribillo](x8)
Son tiempos raros, ¡allí!
donde fuimos, o eramos,
felices.
el punto más lejano del Sol, en mi órbita,
el puro hastío de vivir es mi amarga tónica.
Miedos que suplo con apariencias,
odio a uno mismo y al sistema de creencias,
como un masoca en manos de una sádica,
es la relación de mi alma con mi conciencia,
soy reservado me protejo de hablar
pues las palabras compromete, prometen.
Un hombre sin palabra es lo mismo que una cabra, un oso o una serpiente.
Yo no no creo en nada, evito desengaños,
me alejo de todo lo que pueda hacerme daño,
luego supe que la gloria no es para los prudentes,
una vez arriesgué y acabé desconfiando de la gente,
manteniendo siempre las distancias, rancias,
relaciones sin sustancia,
no alejarse del vampiro
no es más que un sinsentido consentido,
si tan sólo hubiera tenido la oportunidad
se habría ido, pero se quedó a mi lado, no lo olvido,
yo deliraba deprimido todo el día
y aún así ella me miraba con todo el amor que podía,
fantaseando con un bucle,
sentir pena de sentir pena,
sin fuerzas ni ganas, con fuerte desgana,
planeando una existencia plana,
blanco sobre blanco, negro sobre negro,
y así sucesivamente,
ser uno con el vacío,
y tumbado caer de caer y recaer profundamente,
redundar en lo obsoleto, quedarse quieto,
renunciar a los servicios del esqueleto,
crear un ghetto en el sofá,
despedirse del Sol y del viento, morir despierto,
rebeldía contra la propia rebeldía,
hoy no abriré los ojos en todo el día.
Vivir en un túnel, dormir en un túnel,
así hasta ser una piedra más del túnel.
Constatar la propia dejadez,
decirse: Adiós, muy buenas, nos conocimos alguna vez,
o verse sólo para hacerse porros y cambiar de track,
sedarse, morirse de sed, bucear en la mentira,
nadar en la nada,
sucumbir a las lágrimas, ni ácidas ni saladas,
ni dulces ni amargas, sí neutras, siniestras.
Me he convertido en una estatua,
he desarrollado el llanto perfecto,
pero no dan premios por esto,
ni afecto, golpes que se llevan las puertas,
señales invisibles si no estás alerta,
atento, desconectado,
he necesitado meses para descubrir que estaba equivocado.
Hay mariposas que parecen monstruos,
y hay rostros que se quedan grabados,
como alguien me engañó dejé de ser compasivo,
y cada día me volví más cruel.
Pagaron justos por pecadores,
Nerón me hablaba, oírle fue el peor de mis errores,
explotando en el momento más inoportuno,
lanzo el día a la basura en el minuto uno,
no le he dado un beso ni las gracias por el zumo,
le he vuelto a amargar el desayuno
con mis deseos de morir al despertar,
¿Con un tío así quién coño quiere estar?
Otro gesto de mierda, otra la mala respuesta,
otra mirada acusadora de mierda y la hice llorar.
Es por eso que me quiero reventar,
cuando se vaya a trabajar me voy a rajar.
"Ese no soy yo, ese no soy yo"
oí mi voz, "Sólo Diós te podrá salvar".
Y fui a un curo que me exorcizara,
me dijo "Tu eres noble, sólo es una etapa rara,
cuídate y cuida más de tu amada,
Diós está contigo, hijo mío, no temas a nada".
Al final la solución estaba en mí,
aún no la encontré pero estoy ahí.
Se me vino grande el mundo, no pude con la presión,
ojalá no hubiera escrito esta canción.
Sueño con mi madre abrochándome el abrigo,
fotos de mi vida en las acequias,
nadie puede devolverme a mi amigo Carlos,
ni puede quitarme lo de aquellas tardes.
El reloj no anda hacia atrás,
ni siquiera se nos permite la pausa, tic-tac, tic-tac,
en la tormenta el tiempo es una broma macabra.
Voy hacia la muerte aterrado,
habiendo malgastado la vida enfadado.
Ahora me da pena irme,
sabiendo que el tiempo que gasté en odiarme no me sirve.
Suenan las campanas anunciando ya mi hora,
corpóreo y sepulto parece que llora,
lágrimas recientes en mi piel inerte,
el grito de mis ojos por no poder volver a verte.
Yo te amaré hasta en el más allá,
allí te esperé con mi chilaba blanca,
si no me perdonas no descanso en paz,
yo siempre estuve enamorado de tu alma,
soy el encargado de tu felicidad,
pongo toda mi bondad en la balanza, pero no alcanza,
nunca perdiste la fe en mí, ni la esperanza
de que solo fueran tiempos raros.
[Estribillo](x8)
Son tiempos raros, ¡allí!
donde fuimos, o eramos,
felices.