Deja posar mis labios
sobre tu piel de armiño,
no me niegues lo blando
de tu real cabellera;
Ay, deja que me aduerma
como si fuera un niño,
en tu regazo ardiente
como una primavera.
Yo no amo en ti la carne,
amo en ti el sentimiento,
Amo tu ser ingenuo como una fuente pura;
Amo la dulcedumbre de tu armonioso acento
Y la tristeza inmensa de tu mirada oscura.
Acógeme en tus brazos y delicadamente
Con tus manos de rosa acaricia mi frente
Y dime en un suspiro que tu ilusión primera,
He sido yo y entonces,
mi amor, mi primavera,
Ay, deja que hoy me aduerma
en tus senos de armiño
Y arrúllame con besos como si fuera un niño.
sobre tu piel de armiño,
no me niegues lo blando
de tu real cabellera;
Ay, deja que me aduerma
como si fuera un niño,
en tu regazo ardiente
como una primavera.
Yo no amo en ti la carne,
amo en ti el sentimiento,
Amo tu ser ingenuo como una fuente pura;
Amo la dulcedumbre de tu armonioso acento
Y la tristeza inmensa de tu mirada oscura.
Acógeme en tus brazos y delicadamente
Con tus manos de rosa acaricia mi frente
Y dime en un suspiro que tu ilusión primera,
He sido yo y entonces,
mi amor, mi primavera,
Ay, deja que hoy me aduerma
en tus senos de armiño
Y arrúllame con besos como si fuera un niño.