Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado loco, casi vivo;
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos
también aqui nacieron dulces hijos mios
que entre tanto hastio te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse
solo a resistir
aunque seguro que habrá
más penas y olvidos.
mareado loco, casi vivo;
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos
también aqui nacieron dulces hijos mios
que entre tanto hastio te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse
solo a resistir
aunque seguro que habrá
más penas y olvidos.