La quemazón de los año, se hizo ceniza en su pelo
y ya no le quedan juerza pa´ aguantar solo el repecho
se le acoyaron la ausencia y ahora que ya va pa´ viejo
se le hace un ñudo la pena que enseña un pañuelo negro.
Se sienta al lao del fogón cimarroneando en silencio
y se le endulza el amargo pensando en lejanos tiempo
el pucho de su tabaco le anda temblando en los dedos
mientras le ñubla la vista el humo de los recuerdos.
Ensilla como al descuido, gana el campo al tranco lerdo
y tarda en volver al rancho pues naide lo espera adentro
de vez en cuando un silbido sin querer le sale al viento
dolor que brota en estino entre sus labios resecos.
En la noche mas oscuro sus ojos están abiertos
como buscando esa sombra que le anda espantando el sueño
ansina pasa las horas entre lucero y lucero
con esa cruz que el destino le ha clavado sin estar muerto.
La quemazón de los año, se hizo ceniza en su pelo
y ya no le quedan juerza pa´ aguantar solo el repecho
se le acoyaron la ausencia y ahora que ya va pa´ viejo
se le hace ñudo la pena que enseña un pañuelo negro.
El potreador del olvido no ciñe pa´ l pobre viejo.
y ya no le quedan juerza pa´ aguantar solo el repecho
se le acoyaron la ausencia y ahora que ya va pa´ viejo
se le hace un ñudo la pena que enseña un pañuelo negro.
Se sienta al lao del fogón cimarroneando en silencio
y se le endulza el amargo pensando en lejanos tiempo
el pucho de su tabaco le anda temblando en los dedos
mientras le ñubla la vista el humo de los recuerdos.
Ensilla como al descuido, gana el campo al tranco lerdo
y tarda en volver al rancho pues naide lo espera adentro
de vez en cuando un silbido sin querer le sale al viento
dolor que brota en estino entre sus labios resecos.
En la noche mas oscuro sus ojos están abiertos
como buscando esa sombra que le anda espantando el sueño
ansina pasa las horas entre lucero y lucero
con esa cruz que el destino le ha clavado sin estar muerto.
La quemazón de los año, se hizo ceniza en su pelo
y ya no le quedan juerza pa´ aguantar solo el repecho
se le acoyaron la ausencia y ahora que ya va pa´ viejo
se le hace ñudo la pena que enseña un pañuelo negro.
El potreador del olvido no ciñe pa´ l pobre viejo.