1941
Música: José Amuchástegui Keen
Letra: José Amuchástegui Keen
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Se fueron las horas
de algarabía
que Momo brindara
con alegría...
Callaron las risas
de Colombina...
Pierrot agoniza
entre serpertinas.
Murió carnaval y su cortejo
de alegre y loca bullanguería....
Cornetas y gritos se escuchan lejos,
vibrando las almas, al recordar...
Recordé que una noche
el amor me brindó
dos labios plenos de pasión
y ardor....
Fue una noche que
lloraban los violines
un triste vals de
promesas olvidadas...
mientras la luna plateaba los jardines
un beso ardiente en la noche palpitó.
Mas el encanto
de aquellas horas,
al morir Momo
se diluyó.
Y con mi dolor
a solas
lloré la muerte
de mi ilusión.
Hoy solo escucho
los tristes ecos
de aquella alegría
y de aquel beso...
Mientras en las calles
las serpertinas
en llamas de fuego
se ven quemar!
Y entre cenizas carnavalescas
aún quedan ardientes mis ilusiones...
mi ensueño, el beso y las promesas
prendieron la llama, ¡de aquel soñar!...
Mas no fue solo un sueño
de amor que brilló;
trajo también el placer
dolor...
Pues la ilusión también
dejó su huella triste,
al ausentarse entre el
cortejo que marchaba...
llevándose con su alegre mascarada
mi último sueño de amor que allí tejí...
Pues ya soñaba, que fuera eterna
la breve dicha, que ayer viví...
Y con mi pesar, yo ruego
que vuelva p***to otro Carnaval.
Música: José Amuchástegui Keen
Letra: José Amuchástegui Keen
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Se fueron las horas
de algarabía
que Momo brindara
con alegría...
Callaron las risas
de Colombina...
Pierrot agoniza
entre serpertinas.
Murió carnaval y su cortejo
de alegre y loca bullanguería....
Cornetas y gritos se escuchan lejos,
vibrando las almas, al recordar...
Recordé que una noche
el amor me brindó
dos labios plenos de pasión
y ardor....
Fue una noche que
lloraban los violines
un triste vals de
promesas olvidadas...
mientras la luna plateaba los jardines
un beso ardiente en la noche palpitó.
Mas el encanto
de aquellas horas,
al morir Momo
se diluyó.
Y con mi dolor
a solas
lloré la muerte
de mi ilusión.
Hoy solo escucho
los tristes ecos
de aquella alegría
y de aquel beso...
Mientras en las calles
las serpertinas
en llamas de fuego
se ven quemar!
Y entre cenizas carnavalescas
aún quedan ardientes mis ilusiones...
mi ensueño, el beso y las promesas
prendieron la llama, ¡de aquel soñar!...
Mas no fue solo un sueño
de amor que brilló;
trajo también el placer
dolor...
Pues la ilusión también
dejó su huella triste,
al ausentarse entre el
cortejo que marchaba...
llevándose con su alegre mascarada
mi último sueño de amor que allí tejí...
Pues ya soñaba, que fuera eterna
la breve dicha, que ayer viví...
Y con mi pesar, yo ruego
que vuelva p***to otro Carnaval.