A varear la oliva
no van los amos,
a varear la oliva
van los ancianos.
Tu madre, con tu hijo
que anda crecido,
recogen por el suelo
el fruto caído
mientras yo lo golpeo
en la escalera
dándole con la rabia,
fuerza no queda.
A eso del mediodía
y el sol subido
detenemos el tajo
para un respiro
y entre bocao y trago
contemplo al chico
que el día que madure
se irá contigo.
Contigo a no sé dónde,
aquí no hay sitio
ni lugar ni trabajo
para este crío.
Los treinta olivos rotos
vendrán conmigo
al agujero profundo
en que he crecido.
no van los amos,
a varear la oliva
van los ancianos.
Tu madre, con tu hijo
que anda crecido,
recogen por el suelo
el fruto caído
mientras yo lo golpeo
en la escalera
dándole con la rabia,
fuerza no queda.
A eso del mediodía
y el sol subido
detenemos el tajo
para un respiro
y entre bocao y trago
contemplo al chico
que el día que madure
se irá contigo.
Contigo a no sé dónde,
aquí no hay sitio
ni lugar ni trabajo
para este crío.
Los treinta olivos rotos
vendrán conmigo
al agujero profundo
en que he crecido.