- ¿Quién ha sido el caballero que a mi puerta dijo ¡abrid¡?
- Soy Bernal Francés señora, el que te suele servir,
de noche para la cama, de día para el jardín.
Al bajar de la escalera, se le ha apagado el candil.
- No te espantes, Catalina, ni me quieras descubrir,
que a un hombre he muerto en la calle, la justicia va tras mí.
Le ha agarrado de la mano se le ha llevado al jardín;
le sentó en silla de plata con respaldo de marfil.
Le bañó todo su cuerpo con agua de toronjil.
Le ha subido hasta su cuarto y se han echado a dormir.
- ¿Qué tienes, Bernal Francés, que estás triste junto a mí?
No temas a la Justicia ni tampoco al aguacil,
ni temas a los criados, que están al mejor dormir,
ni tampoco a mi marido, que está muy lejos de aquí.
- Lo muy lejos se hace cerca, para quien quiere venir,
y tu marido, señora, es el que tienes aquí.
Nuevas ián al Francés, que lleve luto por tí.
- Soy Bernal Francés señora, el que te suele servir,
de noche para la cama, de día para el jardín.
Al bajar de la escalera, se le ha apagado el candil.
- No te espantes, Catalina, ni me quieras descubrir,
que a un hombre he muerto en la calle, la justicia va tras mí.
Le ha agarrado de la mano se le ha llevado al jardín;
le sentó en silla de plata con respaldo de marfil.
Le bañó todo su cuerpo con agua de toronjil.
Le ha subido hasta su cuarto y se han echado a dormir.
- ¿Qué tienes, Bernal Francés, que estás triste junto a mí?
No temas a la Justicia ni tampoco al aguacil,
ni temas a los criados, que están al mejor dormir,
ni tampoco a mi marido, que está muy lejos de aquí.
- Lo muy lejos se hace cerca, para quien quiere venir,
y tu marido, señora, es el que tienes aquí.
Nuevas ián al Francés, que lleve luto por tí.